Hace diez veranos
escribía aquí mismo que a los que nacimos en Nájera y nos criamos en las
límpidas y gélidas aguas de su fiero río Najerilla, el hecho de ver de cuando
en cuando un montón de jóvenes poblando sus riberas nos produce una sensación
tan grande, que para describirla no encuentro adjetivos. Y es que en nuestra
infancia y juventud todo, absolutamente todo, giraba en torno a nuestro
querido río y a sus riberas. En ese bucólico entorno nos bañábamos, pescábamos,
jugábamos, merendábamos, cenábamos, ligábamos, nos enamorábamos y celebrábamos
con nuestros padres, familiares y amigos, los entrañables “días de campo”, el
18 y el 25 de Julio. Ahora, en esta “nueva normalidad”, muchísimos jóvenes
-chicas, principalmente- han descubierto Pasomalo, la manzanera, el camino de
las huertas, el bohío, Somalo, las choperas, el río… parajes que no habrían
conocido en su vida de no haber sido por el ignoto y terrible coronavirus. Una
vez hecho este descubrimiento, y aprovechando el anuncio oficial de la no
apertura de las Piscinas Municipales este verano, yo os exhorto a todos
vosotros a que, de un modo respetuoso y cívico, toméis literalmente las riberas
de nuestro olvidado y maltratado río, ya sea para tomar el sol, ya para
bañaros, ya para merendar, ya para cenar, ya para ligar, ya para pasar el rato
con los amigos. Porque es ése, y no otro, el uso que todos deberíamos hacer de
un paraje tan caro e idílico.