A mediodía de ayer, aún no habían aparecido
los tubos de la fuente de los cuatro caños que, según los viejos del lugar (mi
abuelo Benedicto, “Morgón”, me lo decía siendo yo niño), tenía el monolito, además de un pilón, que muchos años después, pusieron donde la "Goita", junto al Muelo. En
el lugar de las excavaciones se encontraban, entre otros, el director del Museo Arqueológico, el concejal
Diego Rodríguez, la Arquitecta y el Arquitecto Técnico del Ayuntamiento, el jefe de la Brigada
de Obras y el jefe de la Policía Local, porque,
según confirmó Javier Ceniceros, también reza dicha fuente en la documentación
custodiada en el Museo. La peana del monolito está enterrada a más de medio
metro de la calzada, y tiene tres
escalones, el segundo de ellos en semicírculo. Javier Ceniceros estuvo
dirigiendo las obras para que el monolito sufriera el menor daño posible, ya
que, según confirmaron todos los presentes, una vez restaurado, se va a colocar
en el centro de la plaza (unos tres metros más atrás, hacia el Bar Franco),
para dejarla más funcional y operativa con el objetivo de favorecer y
descongestionar el tráfico rodado. Para ello, se le ha comido un trozo también
a la placita donde se encuentra la actual fuente. Lo malo de todo esto es que,
a mi juicio, de esta manera van a dirigir el tráfico a ningún sitio. O, en el
mejor de los casos, a la calle Canalón, que está totalmente hundida, para salir
a Avenida de la Sierra. Hasta ahora, la salida natural era por el Bar
San Fernandito (calle Paso al Campo), por donde los vehículos se puedendirigir a Burgos, Logroño o Valvanera. Por la calle
Donantes de Sangre, que yo sepa, salvo los jueves de mercadillo, apenas hay tráfico. Sea
como fuere, lo importante para mí, es que mi objetivo está cumplido.