Y sus gobernantes, unos
incompetentes desmedidos. Aunque para demostrar esta rotunda afirmación podría
referirme a cualquier calle de este malaventurado pueblo, quiero citar
solamente dos, por el peligro cierto que representan: Samaniego y Paseo de los
Curas. De Samaniego poco más puede decirse; pero de la valla caída desde hace
muchos meses en la calle Paseo de los Curas, es menester decir que es, sin
lugar a dudas, la mayor vergüenza para visitantes y najerinos. Quiero que sepáis
que nuestros gobernantes, aunque la finca pertenezca a una entidad bancaria -al
igual que la de Samaniego- tienen la potestad de arreglarla inmediatamente, una
vez le hayan ordenado arreglarla y ésta haya hecho caso omiso. Mas parecer ser que
esto no va con ellos; que es mejor estar por ahí de postureo, cual si fueran
los mejores gobernantes del mundo.