He denunciado en
bastantes ocasiones que el Plátano de mayor porte que existe en el Paseo de San
Julián de Nájera -muerto hace años- nos va a matar a alguno de los muchos
paseantes najerinos y forasteros que cada día pasamos bajo sus ramas. Y he
pedido otras tantas que lo talen. Como viene siendo habitual, los gobernantes
del Partido Español de Nájera no me han hecho ni puñetero caso. Ni siquiera
preguntándoles si están esperando a que haya algún muerto. Pues bien, hoy les
propongo algo diferente: cortar las ramas casi a ras del tronco, y convertirlo
en una preciosa escultura de madera relacionada con la flora y la fauna existente,
o, en su defecto, con los paseantes. Así consiguen dos cosas a la vez: eliminar
el peligro, y embellecer el comienzo del segundo Paseo. ¿Harán lo de siempre?