Se nos ha
muerto un eximio najerino. Santiago Viniegra Royo formaba parte de nuestro
paisaje. Era muchísimo más que una persona buena: Era como Santa María La Real,
como el Paseo de San Julián, como el río Najerilla, como Malpica, la Calavera o
el Castillo. Era parte de un todo que ahora se ha quedado medio vacío. Ya nada
será igual en Nájera. Y en la Calle Mayor, los fines de semana sobre todo,
cuando nos retiremos a nuestras casas a cenar o a dormir, sentiremos la pena de
no habernos encontrado con uno de nuestros mejores amigos. Sin Santiago
Viniegra Royo, ya nada será lo mismo. ¡Descansa en paz, Amigo mío!