Ayer, domingo 13 de Julio, gracias a los
Amigos de la Historia Najerillense el río Najerilla volvió a ser cantarino,
porque centenares de mayores y niños surcaron sus aguas, recordándole que aún
está vivo. Todo comenzó en su ribera, a la altura del Kien, desde donde casi
trescientos najerinos, colchoneta y flotador en ristre, partimos hacia la
“Chopera del Tordo”, conociendo durante el trayecto la historia de los
farallones del Castillo, y viendo cómo habían dejado el camino de Pasomalo los
voluntarios del Servicio Civil Internacional y de Amigos. Los niños, ajenos a
la historia que nos contaba Javier Jiménez, tiraban de nosotros cual si
fuéramos a perder el autobús, porque estaban deseosos de llegar al río. Cuando
llegamos a la “Chopera del Tordo”, la algazara y el bullicio que armaron me
recordaron cuando yo era niño y me bañaba en las gélidas y límpidas aguas del
río, en el Pozo de la Eloísa, en La Playa de los Bilbaínos, en La Playa, en el
Pozo del Coco, en La Pirámide y en el Pozo del Gobierno. ¡Qué tiempos más
hermosos! ¡Y cuán afortunados fuimos! La bajada del río se prolongó hasta las
tres de la tarde, porque los niños estaban disfrutando tanto, que no querían
llegar a su destino. Pero como la felicidad completa es imposible, tuvimos que
sufrir la partida de los voluntarios, que nos habían acompañado durante el
camino. Su recuerdo siempre quedará en los corazones de quienes los hemos
conocido. Por lo demás, cantidad de najerinos y forasteros degustaron las
sabrosas Migas de los Amigos.