Cuando observé que
habían montado un andamio metálico en la casa que el Ayuntamiento iba a
derribar subsidiariamente en la calle Cantarranas, ya que la entidad bancaria
propietaria de la misma ha hecho caso omiso a todas las peticiones de derribo,
pensé que por fin iban a desaparecer la infame imagen que ofrece y el peligro.
Pero algo me dice que no va a ser así. Que los toldos, por lo menos de momento,
solo están ahí para que no haya heridos, en caso de desprendimientos. ¿Los
tendremos siempre ahí?