Ha
quedado la fachada de la puerta principal de entrada a la Iglesia del
Monasterio de Santa María la Real, después de las obras de limpieza y restauración
llevadas a cabo por mandato del Patronato del Monasterio. Ahora, más que los
excrementos de las palomas, lo que le tendría que preocupar al Ayuntamiento es
que todos los turistas y peregrinos que pasen por nuestra ciudad puedan fotografiarla
sin tener grúas y camiones por medio. Las obras estaban estimadas en 28.000
euros.