La Plaza de San Miguel,
construida con dinero del “uno por ciento cultural”, por estar enclavada en el
Camino de Santiago, declarado “Patrimonio
de la Humanidad”, además de que nunca llegó a terminarse, presenta un estado
tan lamentable, que puede considerarse la “vergüenza nacional”. Y es que a
estos depredadores analfabetos que gobiernan nuestra ciudad, les importa un par
de cojones la procedencia del dinero, el que esté enclavada donde está, y el
que sea “Patrimonio de la Humanidad”. Para ellos no es más que un trozo de
casco antiguo, que para lo único que sirve es para aparcar. Así lo demostraron
nada más entrar a gobernar: Hormigonarón los alcorques para que no se plantaran
árboles que impidieran aparcar con comodidad; la abandonaron a su suerte, y la
han ido parcheando sin piedad. Y no conformes con ello, ahora planean
remodelarla (dejarla en la mínima expresión), para que quepan en ella, al igual
que en la de la Cruz y en la de Santa María La Real, muchísimos coches más.
¡Con un par!