En el bajo de Avenida de Logroño nº 5, de Nájera, están a puntito de
abrir el “Cultubar”, un bar cuyas obras he seguido con curiosidad desde su
inicio. Un buen día, al pasar por allí, me di de bruces con el carrito de la
fotografía, y, súbitamente, me recordó al carrito del helado que la señora “Teria”
conducía todos los domingos y festivos del verano hacia el quiosco del Paseo,
donde bailábamos los niños, conteniendo en sus dos oquedades cilíndricas aquel
helado de limón tan sabrosísimo. (¡Jamás he vuelto a comer un helado de limón
como aquel!) Desde estas líneas les deseo mucha suerte a los dueños del “Cultubar”
(a quienes de nada conozco), aunque solo sea por este hermoso recuerdo.