Aunque nadie habla de ella, en Nájera
existe una trampa mortal. Se encuentra en una de las salidas de emergencia del
recién restaurado Cine Doga. Por fortuna aún no ha ocurrido nada, pero si un
día ocurriera algo y los espectadores tuvieran que hacer uso de ella, las
consecuencias serían calamitosas. Pónganse en situación: Pánico en la sala, una
calle oscura y un cajón con escalones de más de veinte centímetros de altura. Este es otro de los maravillosos logros de
nuestra temeraria alcaldesa.