Había una partida de
tute en un bar
sólo cuando permanecía
abierto
jugaban de modo
singular
y con mucho
desconcierto
Eran cuatro los
componentes
con sus motes
respectivos
puestos por
inteligentes
de ninguna forma
nocivos.
El más alto y finolis
"el elegante"
uno que luce barbas
"el pesetero"
"caruso" que
es el menos liante
y "el tragón"
el dueño, que es camarero.
El que más tacos suelta
es el primero
el segundo es el más
despistado
el que dice ¡qué es
triunfo! es el tercero
y el que falta, lo
tengo yo a mi lado.
Tú sales, tragón, le
dice uno a otro
salgo de arrastro y
echo el as
para ver si te quito el
potro
de las cuarenta o de algún veinte quizás.
Ahí, que salta "el
pesetero"
tú de modo alguno me
impides cantar
porque juego con esmero
y no me las puedes
quitar.
Ya veremos, interrumpe
"caruso"
si luego arrastra otra
vez
que eso no está en
desuso,
y te pesca las cuarenta
como a un pez.
"El elegante” les
dice a todos:
el tute es callado ¡la
media virgen!
respetad las reglas en su origen
que habláis hasta por
los codos
como caballeros,
conservar los modos.
"El pesetero”
asiente: lleva toda la razón
vamos a jugar sin la
lengua echar andar
tú "caruso" y
lo mismo te digo a tí "tragón"
que así, la partida no
la podemos echar.
¿Qué es triunfo? ¿A qué va?
pregunta siempre
"caruso"
¡a copas! y es "el
tragón" el que da.
¿Dónde estás? aquí, o
en yuso.
No me toquéis los
evangelios
espeta cabreado
"el elegante"
no me hagáis subir los
decibelios
¡ que me vais a llevar
palante!
"El pesetero"
le dice al "tragón"
cuidado con el
arrenuncio
que voy a hacer un
pregón
cargado de toda razón
y se entere hasta su santidad el nuncio.
Las cuarenta no
cantarás
le dice un compañero al
otro
porque yo tengo el
potro
con el rey y arrastro
con el as.
¡Saca un chinchón y una
pasta!
¡marchando!, grita el
camarero
que es de Baños y tiene
casta,
y se lo sirve al "pesetero".
Del juego el alcohol
aparta
le aconseja "el
elegante"
no te equivoques de
carta
y se nos pongan por
delante.
¿A qué va? ¿Qué es
triunfo?
a copas, te lo hemos
dicho mil veces
juega, no seas
"pitufo"
y no digas más
sandeces.
¡Por los clavos de Cristo!
¡Ya has hecho trampa
otra vez!
con mis ojos yo lo he
visto
no me seas,
"tragón", tan soez.
Y no hagas juegos
malabares
no me sea usted rapaz,
que aunque regentes dos
bares
te llevamos a "alcatraz".
Soy el mejor jugando
dice exaltado "el
tragón"
¡qué bien lo estoy
pasando!
¡Lo mío, no tiene
parangón!
¡Esto es como tirarse a
una coja!
pero entonces le
contesta "el pesetero"
con arrojo de torero:
¡pues a mí me la trae
floja!
y con éstas muchas
verdades
aunque está la cosa que
arde
jugando están toda la
tarde
soltando varias
falsedades.
No te engañes por sus
motes
que son señores
responsables
y aunque tú no lo notes
los cuatro son
condestables.
Don Manuel es "el
tragón"
gran jugador de salón
Don José María,
"el elegante"
viste, que parece
viajante
Don Rodolfo
,"caruso"
que canta pero sin
abuso
y Don Pedro "el
pesetero".
que ahorra de enero a
enero.
A todos ellos los
considero ilustres
pues tienen esposa e
hijos
que al principio y a
los postres
pienso que no son
ningunos "pijos".
De vez en cuando a la
partida se incorpora
un jugador que, aunque
no alto, exquisito.
es de Baracaldo y
muchos bienes atesora
que hasta en Nájera,
tiene un pisito.
"El tapetes"
desde siempre se le apoda
nuevecitos nos los trae
de allí, del norte
todos finos y con
colores de moda
y como es serio y de
mucho porte,
con finura al
compañero se acomoda.
Este juega siempre con
la sonrisa en la boca,
bien sentado, erguido y
al lado tiene la copa
le cantan las cuarenta
y es, que no se apoca,
pues es valiente y duro
como una roca.
No se asusten si oyen
altas voces
porque si tú no los
conoces
pareciera que tienen
roces
y es que para llamar la
atención
de las personas que hay
en el salón,
(cuyo nombre, por
censura, no diré)
la gozan montando un
"paripé".
"el rapsoda del
Najerilla"