Aunque el título no
es el mismo, seguimos hablando de las maravillosas calles de nuestra idílica
ciudad. En esta ocasión para felicitar a los vecinos de la calle Las Peñas o
Costanilla, como vosotros queráis, que
después de cuarenta años soportando estoicamente los ¡plass!, ¡plass! intolerables de las alcantarillas grandes
ubicadas a la altura del número ocho de dicha calle, cuando pasaban sobre ellas
los coches, están siendo arregladas, no con cuatro gomas, ni con cuatro parches,
sino en condiciones. Lo triste es que varios vecinos no lo han podido ver después de
haberlo denunciado miles de veces. Sea como fuere, mi más cordial enhorabuena a
todos los vecinos afectados por ese ruido infame, y deciros al resto, que el hecho de que la señorita alcaldesa se
haya construido una casa a quince o veinte metros de dichas alcantarillas, no
tiene nada que ver.