Son los Sénecas najerinos. Los inventores del tardeo. Los laureados universitarios de los bares najerinos, que, como todo el mundo sabe, son las verdaderas universidades. Son amables, corteses, agradables, y da gusto verlos. Hoy, por ejemplo, sin ellos hubiesen estado vacíos los bares. Lo dicho: una cuadrilla envidiable.