Dos
millones seiscientos mil forasteros, venidos desde los cuatro puntos cardinales
de esta vieja piel de toro, visitaron el pasado año 2015 “el corral de vacas”
que el anterior Ayuntamiento construyó en el Castillo. Gracias a ello, Nájera
ha vuelto a nacer, después de haber recibido el Viático, merced a la ingente
cantidad de dinero que estos visitantes dejaron en el comercio najerino. Y es
que ya lo anunciaron Marta Martínez -entonces alcaldesa de Nájera- y Pedro Sanz
-Presidente del Gobierno de la Rioja- en las declaraciones que os describo: Según
ha manifestado la primera autoridad local najerina, “estas obras pondrán en
valor un entorno muy querido y admirado por todos los najerinos, una zona
emblemática de Nájera, que supone un punto nuevo de interés turístico”. Por su
parte, el entonces máximo mandatario regional, Pedro Sanz, resaltó que la recuperación y
el acondicionamiento del entorno del Alcázar de Nájera “permitirá restaurar un
espacio histórico para ofrecer a los vecinos y a los visitantes una amplia zona
de ocio y recreo, además de convertirse en un nuevo atractivo turístico para la
ciudad”. Sanz, junto a la alcaldesa Marta Martínez, hicieron especial hincapié
en “los beneficios medioambientales, patrimoniales, culturales y turísticos que
reportará esta actuación en las inmediaciones del Camino de Santiago”. Y como
podéis comprobar, ambos se quedaron cortos. Esas son obras, y no el Albergue de
Peregrinos que la nueva corporación quiere construir en la abyectamente
abandonada Casa de Cultura de Nájera, enclavada en pleno Camino de Santiago,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta remodelación, además
de estúpida e innecesaria, va a costar casi seiscientos mil euros, mientras que
“el corral de vacas” solamente costó cien mil.