Los únicos que no solo se han salvado, sino que se han beneficiado de
las inclemencias adversas que hemos padecido, han sido los dueños de los
cuarenta puestos artesanales y agroalimentarios que han estado instalados bajo
la gran carpa del Paseo. Desconozco si los expositores han hecho buena caja o
no (¡me consta que sí!), pero la Feria de Artesanía ha sido visitada
masivamente todos los días del puente de Semana Santa. Y si siempre es ésta una
buena noticia, este año lo es mucho más, porque uno de los stands o puestos,
era de la ONG “Enjipai Community Project”, que, atendido por voluntarios de
dicha ONG, han vendido banderillas con agua, vino o cerveza, con el fin de
recaudar fondos para la construcción de una Escuela en el poblado maasai de
Mfereji, en el norte de Tanzania. (Espero que hayan vendido miles de ellas.) Y,
para no extendernos más, decir que durante unos días, a la entrada de la carpa,
a mano izquierda, ha estado un panadero artesanal, haciendo hogazas de pan a la
vieja usanza.