A pesar de la pertinaz lluvia caída anoche, nuestros disk jockey volvieron a brillar con luz propia ante una muchedumbre entregada y valiente, que aguantó el chaparrón con un estoicismo increíble, y bailó y disfrutó con todas las canciones que pincharon con gran alborozo. En esta ocasión lo hicieron en la Plaza de España en lugar de la de Navarra, aprovechando el escenario de la proclamación del rey y la reina de las fiestas. Desconozco hasta qué hora estuvieron pinchando -yo me fui a las 2’30 de la noche, para subir hoy a la torre de la Parroquia-, pero puedo decir, que a pesar de que el tiempo no acompañó, fue una noche memorable. ¡Enhorabuena, pues, a nuestros disk jockey, y a todos y todas las valientes.
