martes, 7 de octubre de 2014

La idílica ciudad de la alcaldesa de Nájera.


   Uno ya está más que harto de oír de boca de la señorita alcaldesa que Nájera es una ciudad maravillosa; que sus gobernantes son maravillosos; que la colaboración del Gobierno de la Comunidad Autónoma de La Rioja es maravillosa; que nuestra Industria es maravillosa; que nuestro entorno es maravilloso; que nuestro Comercio es maravilloso; que nuestro Patrimonio Histórico es maravilloso… ¡Todo es maravilloso! Según ella -lo habrá declarado un millón de veces-, Nájera es la ciudad de referencia de todos los riojanos. Pero lo cierto es que yo llevo una docena de años mostrándole la verdadera imagen de esta desastrosa ciudad, y no consigo cerrarle la boca. Lo que vengo a denunciar hoy -una vez más-, demuestra con meridiana claridad que, además de mendaz, es una desalmada irrespetuosa. El vergonzoso y gravísimo tema del vertido al río Najerilla de las aguas fecales de la Residencia de Ancianos, del Centro de Día, del Pabellón Multiusos y del casco antiguo, es de Juzgado de Guardia. Cuando inauguraron los citados edificios, los vertidos de las aguas fecales los dirigieron directamente al río, a la par que inauguraban una EDAR de más de mil quinientos millones de las antiguas pesetas, que, aguas abajo, había construido el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Después de recibir la “mini multa” de la CHE, desviaron las aguas del tubo al depósito elevador, construido a escasos metros de la orilla del río, merced a la improvisación, y ocurrió lo de siempre: Que la bomba elevadora no funcionaba y los vertidos volvían a ir directamente al río. Esta falta de respeto hacia los najerinos y los habitantes de los pueblos vecinos, la he denunciado infinidad de veces. Tantas como ellos la han negado -y siguen negándola- en los Plenos. Pues bien, después de decenas de denuncias, de amonestaciones, y de directrices marcadas por la CHE, esta señorita y su fiel escudero siguen pasándose todo por el arco del triunfo, y las aguas fecales siguen contaminando el río y apestando a los najerinos. ¡Y ahora que vengan a decirme a mí que la Justicia en este País es igual para todos!