miércoles, 17 de julio de 2013

Otra maravillosa experiencia. (1)

Así estaba el camino antes...

   Siguiendo con la maravillosa experiencia que un buen número de najerinos y visitantes vivimos el domingo pasado asistiendo a la excursión que la Asociación Amigos de la Historia Najerillense había convocado para recorrer el recién recuperado y rehabilitado tramo del camino de Pasomalo, y visitar  las Siete Cuevas, os voy a colgar hoy dos fotografías que, aunque pueda pareceros mentira, están hechas en el mismo tramo. Viéndolas podréis haceros una idea de lo duro que han trabajado el grupo de voluntarios y varios miembros de Amigos, a una temperatura mínima de 20 grados, y máxima de treinta y tantos. Pero quiero aprovechar la ocasión también, para continuar con lo que el pasado lunes dejé empezado: “Pasomalo, hasta que llegó el auge de los vehículos a motor, era el camino principal de Nájera hacia las poblaciones del sur. En la Edad Media era la ruta a San Millán y al Alto Najerilla, de ahí el nombre de “Camino Real”. Y antes de levantarse el Puente de Piedra (c. 1.100), el camino del Este, tras pasar por Tricio y atravesar el Najerilla aguas arriba, entraba por la calle de San Jaime (San Jaime= Santiago), es decir, la calle de los peregrinos. Al final del mundo romano y en la Alta Edad Media, sus farallones se llenaron de cuevas que sirvieron de refugio a la atemorizada población hispanorromana, y fueron el origen de la Nájera Medieval. En la actualidad, está incluido dentro de la red de Caminos Jacobeos, como itinerario secundario entre el Camino Francés y San Millán. Sin embargo, su actual abandono como vía de comunicación y vía agropecuaria, ha hecho que se haya descuidado su mantenimiento en los últimos tiempos”. Esa es la razón por la que la Asociación Amigos de la Historia Najerillense organizó este “Primer Campo de Trabajo Internacional”, en colaboración con el Servicio Civil Internacional, una organización internacional privada que promueve el entendimiento mutuo, el intercambio cultural a través del trabajo voluntario. Y no quiero terminar esta entrada sin agradecer públicamente el magnífico trabajo que han realizado en tan solo doce días, organizando, además, la maravillosa excursión del domingo pasado. ¿Se les puede pedir más? ¡Yo creo que no!

Y así está ahora. Increible, ¿verdad?