lunes, 29 de agosto de 2016

Noche de Historia, Estrellas y sorpresas.


     A pesar de tener que competir con las fiestas de Tricio, Hormilla, Uruñuela… y el popular Concierto de Hervías, más de ciento cincuenta personas acudimos a la “V Excursión Noche de Historia y Estrellas”, que en esta ocasión contó también con varias sorpresas. La cita fue en la Plaza de España, a las 8 de la tarde Y, después de la foto de familia, Esther Ojeda, presidenta de Amigos de la Historia Najerillense, comenzó a deleitarnos con sus magistrales lecciones de Historia, en la Plaza de Navarra. A continuación, subimos hacia el Alcázar, y allí nos contó la Historia del Alcázar, de la Ermita, del Cementerio, del Puente que hubo en la calle “Puente de arriba, Puente de abajo” -actualmente, Las Peñas- de las iglesias. Y fue ahí donde nos llevamos la primera sorpresa: No había ni cardos, ni matojos, ni yerbas. Antes de comenzar el ascenso al Castillo de La Mota, Esther dio la última explicación en el mirador de la “segunda era”, justo encima del Alcázar, y he de decir, obligado estoy a ello, que en cinco años, este fue el primero que los asistentes a la convocatoria de los Amigos de la Historia Najerillense vimos en toda su plenitud el camino hacia los viejos depósitos de agua, merced a la gran limpieza que unos días antes realizaron miembros de la Brigada de Obras. Una vez arriba, todos dimos buena cuenta de la merienda, mientras anochecía. Una vez anochecido, fue Víctor Lanchares quien hizo nuestras delicias contándonos la historia de las estrellas, incluidas sus leyendas. Cuando finalizó, nos reveló la más agradable de las sorpresas: Si esperábamos nueve minutos, veríamos pasar el satélite Iridium entre las estrellas. Y así fue. Justo donde él nos indicó, lo vimos pasar con un brillo increíble. Y fue tal nuestra sorpresa, que todos aplaudimos como niños. Después de tan agradable visión, nos dirigimos a La Salera, donde pudimos ver en el telescopio de Víctor, el Cúmulo de Hércules, dando por finalizada esta maravillosa experiencia.