lunes, 11 de mayo de 2015

¡Y ÉL llegó hasta nosotros!


    Aunque nadie me crea, Dios en persona ha llegado esta tarde a nuestro pueblo. Y lo primero que ha hecho, ha sido expulsar del tablón de anuncios a los fariseos. Nadie puede hacerle sombra en su NAJERAFORUM. ¡Loado sea Dios, y malditos los fariseos!

Denuncia ante la Junta Electoral de Zona.

Desde la agrupación de electores Alternativa Najerina queremos presentar esta denuncia ante la Junta Electoral de Logroño con motivo de los hechos ocurridos el día 11 de mayo en Nájera durante el meeting electoral del Partido Popular en el edificio Nájera Forum.
Los hechos que ocurrieron son los que se exponen a continuación:
Comunicados miembros de Alternativa Najerina de que un panel destinado a la publicidad de campaña electoral había sido totalmente cubierto con propaganda del Partido Popular nos dirigimos al lugar en concreto.
Llegados a la puerta del edificio del Nájeraforum pudimos constatar y las fotografías así lo demuestran que todo el panel de propaganda electoral ubicado frente a dicha puerta se encontraba totalmente cubierto con propaganda del Partido Popular, tapando por completo los carteles de nuestra formación y la del resto de grupos por ambos lados. Queremos hacer hincapié en que cada grupo tiene un espacio concreto asignado, sorteado en el ayuntamiento, y el Partido Popular ha incurrido en una falta que consideramos grave al cubrir todo el espacio. Denunciamos el agravio que supone para esta formación en concreto el hecho en cuestión, por suponer una falta de respeto a esta formación y a todos los que se sienten identificados con ella, simpatizantes y miembros.
Por ello pedimos a la Junta Electoral de Zona que tome las medidas y/o sanciones oportunas contra el Partido Popular para que este hecho lamentable no se vuelva a repetir.

ESCENAS POLÍTICAS IMAGINARIAS (O QUIZÁ NO TANTO) (10)



La encuesta más reciente que el CIS ha dado a conocer sobre la intención de voto de los españoles en las elecciones municipales y autonómicas del próximo domingo 24 de mayo vaticina una pérdida de la mayoría absoluta del PP en todos los grandes Ayuntamientos españoles, y también en aquellas Comunidades Autónomas donde se celebran elecciones. Al parecer, sólo se libra de la quema la Comunidad de Castilla-León, donde la candidata de los populares vuelve a ser la actual presidenta de la Junta y secretaria general del Partido,  María Dolores de Cospedal.
Aquí en La Rioja, en vísperas de publicarse la encuesta del CIS, Pedro Sanz ya se dejó decir que él no iba a pasar por la humillación intolerable de tener que consensuar un programa de Gobierno con otro u otros partidos. O sea, que si los resultados de las elecciones no le permitían formar un Gobierno monocolor donde, según es marca de la casa, él pudiera seguir otros cuatro años más mangoneando a su antojo a todos los riojanos, privatizando a discreción todo lo privatizable, otorgando jugosas subvenciones a sus amiguitos del alma, y repartiendo abundante alpiste, cargos y sinecuras a los simpatizantes más amados de su piadoso corazón igeano, entonces agarraba el portante y se retiraba a su ilegal chalé de Villamediana a meditar largamente sobre las vanidades de este mundo, y tal vez a dictar a algún escriba de su más íntima complacencia esas atolondradas memorias políticas que seguramente no habría por dónde coger.
Se trataría, en todo caso, de unas memorias que, en un agradecible rasgo de humor, podrían comenzar, por ejemplo, tal que así:
            - ¿Cómo podéis cargar sobre mí el malévolo reproche de decirme, ¡oh amados hijos míos!, que Pedro Sanz tiene o ha tenido alguna vez complejo mesiánico? ¿Me estáis diciendo que yo he llegado a creerme un Mesías? ¡Válgame el cielo! ¿El Mesías de La Rioja? ¡Pero bueno, por favor! Eso es una acusación infundada y está expresada con la peor de las intenciones. ¿Estamos? Bueno, pues como os iba diciendo, en aquel tiempo les dije yo a mis discípulos…
            Pero no. Pedro Sanz no tiene tanta grandeza ni un sentido del humor tan depurado y exquisito que le lleve a hacer en alguna ocasión chistes más o menos inofensivos sobre sí mismo. Al fin y al cabo, si tú eres capaz de reírte de tu propia persona le estás quitando a los demás un arma poderosa con la que ya no podrán ridiculizarte. ¿Parece sencillo, verdad? El problema es que Pedro Sanz se toma él mismo muy en serio, y lo hace imponiendo a los demás su imagen más antipática. A estas alturas, nuestro primer mandatario ya es perro viejo y si algo ha aprendido en su larga trayectoria de presidente es a ser hipócrita cuando corresponde y a emplear un lenguaje lleno de guiños, eufemismos y sobreentendidos. Sin embargo, está tan enamorado de sí, tan encantado de haberse conocido y tan convencido de ser un líder escogido y tocado por la mano de Dios, que es incapaz de imaginar una situación política en la que él no sea el que decida sobre lo divino y lo humano y el que adopte las resoluciones que le den la gana, resoluciones a veces nada sensatas y que, por descontado, nos afectan a todos los que vivimos en esta tierra.    
             La primaria reacción de Pedro Sanz poniéndose la venda antes de recibir la herida y negando la posibilidad de llegar a compartir el poder con otro partido, posee toda la lógica y coherencia con su manera de ser y con la forma en que ha transcurrido su existencia en los últimos veinte años, desde el momento en que se encaramó a lo más alto del podio político riojano. Dos décadas viviendo la ensoñación de creerte infalible, rodeado de una caterva de mediocres que se pasan todo el tiempo regalándote los oídos y diciéndote a cada momento lo listo que eres, lo grandiosos que son tus proyectos, los inmejorables que resultan tus ocurrencias, lo fina que luce tu oratoria y el regalo que supone para todos ellos lustrarte cada día los zapatos con sus pegajosos lametones, todo eso tiene a la larga un coste que acaba afectando al equilibrio interior de un hombre, a su psicología más elemental y a la manera que tiene de encarar la realidad. En el caso del presidente Sanz, digámoslo una vez más, los resultados acaban de sernos revelados de la manera más burda hace muy pocos días, cuando, de forma inopinada y harto ingenua para un político de su pelaje y de su larga experiencia, ha dado el cante al proclamar su negativa enfurruñada a compartir el poder con nadie que no sean sus propias gónadas. Sí, justamente esa parte de su anatomía de donde afloran las razones últimas de muchos de sus empeños personales más estrafalarios y difíciles de tragar.
            Veamos, si no, por poner un buen ejemplo ilustrativo, el caso del aeropuerto de Agoncillo. A nadie se le oculta que esa fue una ocurrencia personal de nuestro personaje, que sintió en su momento un ramalazo de soberbia, al modo en que los nuevos ricos se empeñan en alardear delante de todo el mundo de sus recientes riquezas y necesitan homenajearse a sí mismos erigiendo la mansión más grande, poniéndose a los mandos del cochazo más caro, o haciéndose acompañar por el pibón más deseable a los ojos de sus amigotes, una compañía y un supuesto glamur que han comprado previamente tirando de chequera. Bueno, pues a nuestro presidente debió sucederle algo parecido. ¿Que los demás tiene aeropuerto? ¡Coño, pues yo también! No importa que al final el de Agoncillo haya terminado pareciendo más bien el aeropuerto de la señorita Pepis, que cuando el Ebro se desborda llena sus pistas de agua y de barro, como ha ocurrido recientemente, o que sea una instalación donde sólo pueden aterrizar y despegar avioncitos de hélice, porque si son a reacción y un poco más grandes acabarán desbarrancados en algún viñedo de los alrededores. Una instalación aeroportuaria cuyo destino más razonable habría sido el de servir de pista para el despegue y aterrizaje de avioncitos de aeromodelismo, pero que por la cabezonería de este buen hombre nos cuesta cada años 80 milloncitos de euros contantes y sonantes. 
Cuentan que Pedro Sanz, en uno de esos delirios de grandeza que le acometen de vez en cuando, llegó a sopesar en serio prolongar las pistas para que pudieran maniobrar en ellas los poderosos Jumbos y los anonadantes Boeing 747. Uno de sus colaboradores reveló recientemente que el de Igea, en una fantasía algo burda y disparatada, le aseguró que algún día aterrizaría en Agoncillo el Air Force One, o sea, el avión del presidente de los Estados Unidos de América. ¡Qué astracanada! Sólo de pensarlo dan ganas de salir huyendo de aquí a la velocidad del Correcaminos: George Bush padre, o Bill Clinton, el de las buenas mamadas, sobrevolando el Atlántico y llegando a Agoncillo a primeras horas de un luminoso día de mayo, requiriendo con premura los sabios consejos políticos de un Pedro Sanz transformado en el oráculo de Delfos, al que habrían seguido en su momento los demás mandatarios mundiales que gobernaban en la época en que nuestro hombre empezó a dirigir los destinos de La Rioja: el ruso Boris Yeltsin, el alemán Helmut Kohl, el francés Jacques Chirac, o el británico John Major. ¿Se lo imaginan?  Y Carlos Cuevas, aguardándolos a todos a la entrada del palacete de Gobierno, vestido de danzante de Anguiano con faldas y enaguas, encaramados a unos zancos y tocando las castañuelas, mientras cantaba a capella, con inconfundible  aire de jota:

                        ¡Y en La Rioja no hay tranvííía.
                         Tampoco tenemos metrooo.
                         Pero tenemos un viiino
                         Que resuucita a los muertos!
                         ¡Ria, Riau!   

Pero volvamos a la realidad y asumamos que se acercan las elecciones. Ya están ahí, a la vuelta de la esquina, y Pedro Sanz ha empezado a prometer lo imposible y, en una de las costumbres que más desagrado producen, a visitar los hogares de la tercera edad para abrazar, sin que se le caiga la cara de la vergüenza que no tiene, a los ancianos aparcados en sus instalaciones, acariciando sus pobres rostros marchitos, mientras sus colaboradores van tras él metiendo con mucho morro y desparpajo, en los bolsillos de sus pijamas o de sus batines,  los sobres color sepia con las papeletas del PP. Y todo esto mientras reparten por doquier sonrisas falsas y circunstanciales. ¿Entienden ahora por qué el PP de La Rioja lleva tantos años arrasando en los diferentes comicios?
Sin duda, a Pedro Sanz, soberbio y vanidoso como pocos, le habría gustado acuñar moneda con su efigie, en la que apareciera escrita una leyenda equiparable a la que aureolaba el rostro de Franco y que decía: «Francisco Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios». Después de habernos tragado durante cuatro lustros su feo careo en los noticiarios. Después de soportar año tras año sus discursos modorros y vacíos de sustancia. Después de oírle manejar, una y otra vez, la predecible colección de los tópicos más trillados, falsos y aburridos sobre La Rioja y los riojanos, la leyenda que mejor se habría ajustado a la efigie de nuestro actual presidente en funciones y candidato a darnos el peñazo otros cuatro año más -¡los hados no lo quieran!.- habría sido la siguiente: «Pedro Sanz, Caudillo de La Rioja  porque Dios  es un gracioso».       

           Sempronio Graco                                                                                    Continuará