miércoles, 24 de junio de 2015

No se le puede pedir más.


     A pesar de que los centenares de jovenzuelos que a primeras horas de la mañana se han apostado en la ribera del río Najerilla hacían presagiar lo contrario, todo ha salido de maravilla. El sol ha lucido sobre un cielo infinitamente azul, y la temperatura ha sido la propia de un día sanjuanero: calor al sol, y a la sombra fresco. Los najerinos han almorzado a cuerpo de rey, y, antes de dar las Vueltas, han tomado café y copa en los diferentes bares de la ciudad, para bailar y brincar incansablemente hasta llegar, después de cruzar la Calle Mayor, a la Plaza de España a dar las tres últimas Vueltas. Las cervezas entraban de maravilla, y el alcohol se quemaba enseguida. El comportamiento ha sido magnífico: juerga, alegría sana e infinidad de saludos y abrazos entre najerinos y forasteros. Los Músicos, como siempre, han estado a la altura, y, en la zona, hemos estado bailando y bebiendo en bendita hermandad hasta bien entrada la noche. Como podéis ver, Cantores míos, no se le puede pedir más a San Juan.

¡Que la Venancia nos proteja!


    Anoche, como manda la tradición, multitud de najerinos desenterramos a la famosa Venancia para que nos de fuerzas y nos proteja durante estas benditas fiestas. Fue la noche de los niños -futuros sanjuaneros- y de una peregrina australiana que, persuadida por esta conocida cuadrilla de najerinos, se quedó a vivir la fiesta con ellos, poniendo en riesgo la continuación del Camino. Hoy va a hacer un sol de justicia, y vamos a sobrepasar los treinta grados. Así que ya sabéis, Cantores míos: Buen almuerzo en las riberas y en el cascajo; buenos lingotazos de vino; café, copa y puro, y a danzar, beber y disfrutar como auténticos najerinos. Y el que pueda, que culmine la fiesta como se culminaba en sus inicios. Pero sobre todo, ¡respetadme a nuestros impagables músicos!