lunes, 5 de octubre de 2020

¡Hasta siempre, Javi!

Conocí a Javi desde chiquitito. Regentaba una pequeña tienda de ultramarinos en la calle San Fernando ¿13?, junto a la mercería de Manuel Diez, y era conocido por todos los najerinos como “el Botero”. A pesar de mi corta edad, observé en él detalles hermosos. Detalles que solo tienen los hombres buenos. En mi juventud, recuerdo que, estando de edil en el Ayuntamiento, se opuso contundentemente a que se llevara a cabo en nuestra ciudad un esperpéntico proyecto que contemplaba, entre otros disparates, construir un hotel en el Castillo, al que se accedía desde un teleférico. Afortunadamente, lo impidió. Después, al transcurrir de los años, volví a verle detalles hermosos con los parroquianos más necesitados en la tienda de ultramarinos que abrió en Avenida de La Sierra, junto al pasaje del Eroski, a pesar de estar sufriendo una pérdida importante de clientes por la ubicación en nuestra ciudad de grandes superficies. Y siempre, allá donde nos viéramos, charlábamos animosamente largo rato. Sé que es imposible caerle bien a todo el mundo. Pero yo puedo decir alto y claro, que Javier del Pozo Andonegui, fue un hombre bueno.