jueves, 30 de junio de 2022

Ni los de casa.

Ayer nos faltó el de la guitarra. Si no es por nuestros peques y por los “blanquinegros”, estamos solos los Músicos y los reporteros. Año tras año se van retrasando los almuerzos para llegar, como mucho, a bailar el Viriato y el Manolé cuando los Músicos parten del Paseo de San Julián hacia la Plaza de España; y muchas cuadrillas, ni eso: se van a tomar café, copa y puro -algunos echan hasta la partida-, y aparecen en la Calle Mayor o en la Plaza de España. Quiero que quede meridianamente claro mi más profundo respeto a lo que cada cual haga con su tiempo, su cuerpo y su divertimento; pero lo de ayer, para mí, fue lastimero. Tengo más de cien instantáneas en el Paseo de San Julián, en las que sólo están los mocetes y mocetas de Logroño -al final han de ser ellos quienes nos cojan el relevo-. Fue en la tercera pieza de las Vueltas, cuando se unieron algunas cuadrillas -pocas- de najerinas y najerinos. Y me consta, por la velocidad con que llegaron al puente de San Juan de Ortega, que el peregrinar hacia la Plaza de España fue más rápido que el encierro. Si así fue -yo no lo vi, por razones que no vienen a cuento-, me alegro un montón por nuestros magníficos Músicos. Quizás fuera porque el día San Juan todos los najerinos y najerinas echaron el resto -nunca había visto el puente de San Juan de Ortega lleno al completo-, y ya no les importó perderse las Vueltas de San Pedro. Pero lo cierto es que ayer, no estuvimos ni los de casa. Desconozco cómo os lo explicarán otros; pero yo no quiero ni traicionarme a mí, ni traicionaros a vosotros. ¡Feliz Entierro!