viernes, 10 de enero de 2020

La hora de la verdad.

Una vez estabilizado el caudal del río Najerilla después de la última crecida, el Ayuntamiento de Nájera tendrá que intervenir en el tramo urbano tanto para retirar los árboles que han quedado entre puentes, como para rehabilitar sus riberas. La voluntad de los socialistas la conocemos todos: construir la escollera; pero ellos solo son cinco, y no pueden llevar a cabo su proyecto sin la suma de, como mínimo, otros dos concejales. Hasta hace apenas un año, el resto de los ediles podía argüir en su descargo que no conocían otra forma de rehabilitar las riberas que la del PSOE; pero ahora mismo todos ellos saben que existen por lo menos otras dos formas de hacerlo: llevando a cabo el proyecto presentado en el Nájerafórum el 15 de Marzo de 2019 por su autor, Tony Herrera, miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua, y del Centro Ibérico de Restauración Fluvial, encargado por Alternativa Najerina, o el que elaboró el Biólogo de Baños de Río Tobía, Joaquín Garnica, en el año 1998, encargado por el GEN -Grupo Ecologista Najerilla-. Quiero dejar meridianamente claro que los trece concejales que conforman el Ayuntamiento de Nájera son libres de hacer lo que quieran; pero quiero dejar constancia, también, de que Nájera va a gozar o sufrir el que la “adecuación de las márgenes del río Najerilla a su paso por nuestra ciudad” se lleve a cabo de una forma u otra. Para no extenderme en demasía, solo diré que todas las ciudades de Europa darían cuanto fuera por tener en su casco urbano un río con garzas, garcetas, pollas de agua,  patos, visones europeos y nutrias.