viernes, 22 de febrero de 2019

Comienzan las obras de rehabilitación de la casa palacio.

Ya han comenzado las obras de rehabilitación  de la casa conocida como palacio de los Marín de Rodezno, ubicada en las calles Mayor y Garrán, para convertirla en viviendas para 18 usuarios de Asprodema, “La Sierra”, de Nájera. Las obras, que tienen un presupuesto de 1.275.744 euros, de los que 1.020.595 aporta el Gobierno de La Rioja, serán realizadas por la empresa de construcción Proviser, y dirigidas por el arquitecto, Francisco Iturriaga, y el arquitecto técnico, Jesús Zalabardo. Cuando éstas terminen, la idea es que el Ayuntamiento de Nájera se haga con los bajos para ubicar en ellos el Juzgado de Paz de Nájera, que ahora mismo está ubicado en el edificio del Museo Histórico Arqueológico Najerillense, y hay que subir 42 escalones para acceder a él. Esta casa consta de tres plantas en sillería, rehecha la inferior, con vanos adintelados de placa, oreja, balcones y herrajes del siglo XVII, y escudo en esquinazo a la Calle Mayor, sobre Cruz de Calatrava, cuartelado primero de cinco cabezas de moro y brazo armado, segundo de torre, tercero terciado en palo de bandas, tres lises y león rampante a árbol y medio partido de espada tronchada por banda, cuarto de tres lises tronchado por banda, y quinto en punta de ondas el todo con bordura de aspas. Estaba construida ya para el año 1.675, por don Francisco Marín de Rodezno. En sus bajos estuvieron ubicadas durante muchos años, la tienda “Almacenes Hidalgo” y el “Windy Bar,” en la Calle Cuatro Cantones, y en la Calle Mayor, además de un tercio de la misma tienda: “Almacenes Hidalgo,” la lóbrega tienda de la Angelita, en la que se vendían botijos, huchas, tiestos y cazuelas de todos los tamaños, hechos con barro, además de cucharas y toda suerte de útiles de madera, vino, gaseosa, atún en aceite y algunos productos más. Muchos años después de que esta tienda cerrara, mi amiga Chuchi y su marido, Victoriano de Santiago, pusieron allí una churrería, para seguir la tradición del señor Leandro Ochoa, padre de la primera. A pesar de que la casa está documentada con la dirección Cuatro Cantones, 1, la entrada la tenía por la Calle Mayor.