jueves, 22 de noviembre de 2012

¿Quién dice que sobran los liberados? (10)

    La plaza de la Cruz, esa que tan bonita estuvo este pasado verano, cuando los “Chiguitos de Marcelino” actuaron por la noche en el Restaurante Olimpo, vacía de coches y repleta de najerinos cenando y tomándose una copa en mesas y veladores, mientras escuchaban buena música en un rincón tan idílico, presenta un estado tan deplorable, que da auténtica pena verla. Sobre todo a los que nos hemos criado en ella. No le falta de nada: El suelo destrozado, el banco corrido a punto de reventar, y repleta de coches a todas las horas del día. O sea, como para no volver jamás a ella.