sábado, 18 de febrero de 2017

Nuestro río Najerilla.



Neila la fuente madre
que le dio luz a nuestro río
con sus primeras gotas de agua,
lo parió con amorío.

Fuente fresca y valiente
que sonríe al sol y al viento
satisfecha y sonriente
por su magno alumbramiento.

Surge en la ladera norte
allá en los Picos de Urbión
por eso es de buen porte
y de excelente condición.

No extraña que absorba
en su cauce ya formado
incipientes afluentes
que a él se unen con agrado.

Dan más fuerza aumentando su caudal
a un Najerilla señorial, son el Gatón,
Canales, Tuerto, Cambrones,
Calamantío, Cárdenas y Tobía
que lo hacen Mayor día con día.

Éstos por su margen izquierda
pero por la derecha y también con hidalguía,
los Neila, Portilla, Frío, Urbión
bajan bravos y en cascada
para darle más realce y más hombría.

Ya los Barrios vislumbrando
Cuevas,Eras y Mediavilla
parajes de pura maravilla,
y en las puertas de Anguiano
que es de los Zarrios Villa,
un nuevo afluente se proclama:
es el Roñas, por aquí de mucha fama
pues presenta sus credenciales
de aguas limpias, especiales.

antaño y llevará ahora
en sus senos materiales
de valiosos minerales
que entre sus piedras atesora
arrastrados por sus manantiales.

y al Valvanera que baja santo,
consagrado por nuestra patrona
pues sus aguas son un canto
que desde el Monasterio entona
su bella sinfonía es de Santo.
nada más recibir a éste y al otro compañero,
mi Río se sumerge en el desfiladero
con  vorágine y bravura tal
que asusta hasta el mortal
que lo observa desde el despeñadero.

Peleando con la rocas
que son duras y son muchas
allí donde habitan las truchas,
va haciéndose paso a duras penas
para salir orgulloso, victorioso,
de las angostas cavernas.

ya pasada la zozobra
el Río de otra forma obra,
y de aquí hasta la Manzanera
trascurre de diferente manera
se le siente más en calma
y generoso, con los canales empalma
para regar las huertas, todo el valle,
que son para él su misma alma.

baja besando las riberas
que les llama compañeras
de Cárdenas, Baños, Bobadilla
que le saludan desde su orilla
algo que a él le maravilla-

coqueto y presumido se engalana
con sus mejores atuendos
pues cerca está y no lejana,
Nájera,la Ciudad que lo bautizó
Río Najerilla lo proclamó
con su nombre una mañana.

Las cuevas, con sus ojos bien abiertos
lo ven orgulloso discurriendo
y lo miran con envidia sana
desde arriba, en su ventana
quisieran bajar corriendo
y unirse a él y a su jarana.

Pasando el puente de los soldados
se siente gratamente agasajado
vitoreado, con amistad, admirado
hay alegría por ambos lados
en las dos riberas, en los vados.

ya repican las campanas
de todos los campanarios
con acento y sonidos varios
las torres de La Cruz y La Real,
le saludan con un dúo sin igual
pues de su llegada son notarios.

discurre bajo la Pasarela
dejando al lado el mercadillo
y los gritos de algún comercial listillo
que vende su mercancía
a la suegra, a la prima, a la tía
a la madre, a la hija, al chiquillo

Se emociona al ver de frente
el viejo puente de piedra
que lo conoció lleno de hiedra
con los balconcillos y asientos
muchas veces polvorientos
por el paso de carruajes
tirados por mulas y por jumentos.
cargados de verduras y forrajes.

Abandona su Nájera querida
con tristeza y sufrimiento
como si tuviera una herida
en su alma y en su pensamiento
y resignado se enfila a partir
a su destino, a desembocar, a morir
no sin antes recibir
al último de sus afluentes
el Yalde que viene de buenas fuentes
nacido en el aserradero
en Uruñuela se le vé dicharachero
en Huércanos antes llenaba la pochanca
también llamada una  charca
para apagar incendios si los hubiere
de ahí viene el apodo que por eso lo tuviere
pochanqueros los llaman en la comarca.

El Najeriilla con el llanto y con su queja
se va acercando a Hormilleja
y por el agua y el abono que él les deja
crecen árboles de buenas maderas,
son los chopos, que se agolpan en sus riberas

Y así llega hasta Torremontalvo.
el río Ebro advierte, olfatea, presiente
éste lo ve fuerte, sano y salvo
rodeado por las tierras del terrateniente
que ahora las gobierna algún pariente,
del  que antes era fino hidalgo.

Suspirando hondo y cabizbajo
pero orgulloso de haber hecho su trabajo
en el Ebro se introduce
con tal fuerza y desparpajo,
que el Padre Río le dice:
¡Bienvenido seas, majo!

Najerilla amigo río, yo te alabo
con los adjetivos en tu honor no acabo
porque me haces soñar
cuando te oigo pasar.
Tu murmullo para mí, son versos
sublimes, alegres, diversos
que compones sin cesar.
 quisiera ser tu rapsoda
y si a ti se te acomoda
dichoso seré, si los puedo recitar.


Pedro Palacios
"El Rapsoda del Najerilla"