viernes, 8 de enero de 2021

Andar por Nájera es muy peligroso.

Nuestras calles y plazas están llenas de socavones, baches, baldosas sueltas y bordillos rotos, que cada día ponen a prueba la habilidad de las najerinas y najerinos. En los últimos cuatro o cinco años, cientos de personas se han dado de bruces con el suelo, teniendo que ser ingresadas durante meses, algunas de ellas, y humilladas, después, por el Ayuntamiento, al acudir a reclamar sus derechos. A mediodía de ayer, “jueves de mercadillo”, una najerina se cayó delante de mí en el paso de peatones que lleva de la pasarela al Paseo. Después de levantarla del suelo, le pregunté si estaba herida para hacerle una fotografía, llamar a la Policía Local y denunciar el hecho. Aunque le dolían mucho las manos y la rodilla derecha, me contestó que no, que aparentemente no tenía nada roto. Desconozco si fue mucho o poco lo que se hizo, pero quiero dejar constancia del hecho, porque, a pesar de haber denunciado varias veces el mal estado de ese paso de peatones, no me han hecho ni puñetero caso los miembros del Equipo de Gobierno.