domingo, 12 de enero de 2020

¡Madre mía, cuánta incultura!


Mientras en Madrid se han gastado millones de euros intentando curar los Olmos de la grafiosis, en Nájera, nuestros gobernantes, por medio de podas salvajes, están intentando que se nos mueran medio centenar de Olmos de gran porte que, milagrosamente, jamás sufrieron esta enfermedad que ha acabado con casi la totalidad de la especie. Los Olmos han sido venerados durante siglos por los clásicos, y han formado parte fundamental de la vida  de nuestros pueblos y ciudades. Aún hoy existen algunos pueblos que conservan en sus plazas Olmos centenarios muy ajados, sujetados con maromas o alambres. Hace unos meses, conversando con unos najerinos en la ribera del río, les comuniqué que el fin último de nuestros gobernantes era eliminar la preciosa olmeda para plantar en su lugar japónicas o árboles de pequeño porte. Y, desgraciadamente, merced a la incultura reinante, ni el concejal de Medio Ambiente, ni el de Cultura, ni el de Turismo, van a impedir este terrible dislate.