viernes, 31 de julio de 2020

¿Por qué a nuestros gobernantes les preocupa mucho más el pasado que el futuro?

Los decorados de los espectáculos medievales están muy bien cuando las ciudades gozan de buena salud social y económica, pero no lo están cuando las ciudades están muertas, como es el caso de la nuestra. Yo no me imagino a un difunto dentro de una caja de muertos, tocado de sombrero de copa, con un clavel en el ojal de la chaqueta del traje, y un puro habano en la boca. Nuestros gobernantes se desviven por dar a conocer nuestra ¿historia? pretérita, pero no hacen nada, empero, por escribir la futura, intentando solucionar el proceloso presente y planificando el incierto e inquietante futuro. Nuestra ciudad tiene atractivos turísticos importantísimos, a pesar de los políticos, y éstos, lejos de mimarlos y fomentarlos, los abandonan abyectamente a su suerte. Podría citaros decenas de ejemplos; pero en esta ocasión quiero centrarme solamente en el infame estado de la subida al Alcázar, y en otra posterior,  del ignominioso abandono del propio Alcázar. Si no fuera porque los Amigos de la Historia Najerillense convocan todos los veranos la “Noche de Historia y Estrellas”, las malas yerbas nos impedirían el acceso a esta importantísima y valiosa zona.