domingo, 21 de junio de 2015

ESCENAS POLÍTICAS IMAGINARIAS (O QUIZÁ NO TANTO) (Y 13)



                                   «AJO Y AGUA»
Las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo han supuesto una agradecible bocanada de aire fresco en toda España y un severo aviso al Partido Popular de que, si persiste la actual tendencia, será desalojado del Gobierno  antes de que finalice este 2015.
           Aquí en La Rioja, donde los populares llevaban mucho tiempo amarrados a las ubres de la vaca, el descalabro no ha sido tan drástico como auguraban algunas encuestas, pero sí lo bastante significativo como para apear del poder a varios de sus alcaldes a quienes ya les colgaban las telarañas de sus conformistas posaderas. El Popular ha vuelto a ser entre nosotros el Partido más votado, pero afortunadamente la aritmética electoral ha permitido ensayar diferentes combinaciones entre otros grupos políticos, que en varios casos han supuesto dejar a los populares calentado  el banco de la oposición para los próximos cuatro años.
           Arnedo, Haro, Nájera, Santo Domingo de la Calzada y Cervera del Río Alhama son las cabeceras de partido donde los populares han sido desalojados del poder y pasado a la oposición. En el caso de Arnedo porque los socialistas obtuvieron directamente la mayoría absoluta, y en los otros cuatro porque a los socialistas terminaron sumándose los concejales de otros partidos para conformar una mayoría suficiente que les permitiera dar puerta a los populares. Esta situación se plasmó el sábado día 13 de junio, momento en que los alcaldes salientes hicieron gala de una deportividad y una elegancia dignas de encomio, cediendo sin aspavientos los trastos de torear a quienes venían a recogerlos y a ocupar los despachos y sillones que hasta entonces habían ocupado ellos. Pero claro, una cosa es que alguien tenga la presencia de ánimo suficiente como para saber disimular en público el escozor que le produce la aceptación de la derrota, y otra muy distinta que el vacío y la melancolía se adueñen de su ánimo y que tarde semanas o meses en asimilarlo y superar su frustración y su rencor contra quienes han venido a desposeerle de lo que él consideraba de su propiedad.
           El lunes día 15, un día y medio después de que se hiciera efectivo su desalojo del poder, dos de estos exalcaldes llamaron por teléfono al presidente del Gobierno de La Rioja en funciones para darle las gracias y despedirse de él. Se trataba de Javier Azpeitia, de Santo Domingo de la Calzada, que sólo había permanecido cuatro años al frente de su Consistorio y ahora debía ceder el relevo al carismático y listísimo Agustín García Metola, y del siempre caballeroso y educado Juan Antonio Abad, que cedía la alcaldía de Arnedo al joven Javier García Ibáñez. Otros dos exalcaldes prefirieron viajar a Logroño con el propósito de ver personalmente a Pedro Sanz, presentarle sus respetos, manifestar al presidente en funciones su adhesión inquebrantable y recibir de él unas migajas de consuelo y una palmadita en la espalda que les ayudara a superar el doloroso trance por el que estaban pasando.
           El primero en asomar el hocico por el palacete de Vara de Rey fue Patricio Capellán, exalcalde de Haro, un dinosaurio proveniente del cretácico, con veintisiete años de ejercicio del poder municipal a sus espaldas, los once últimos de una tacada, un tipo autoritario, de mucho ordeno y mando y de los de «a mi sí que no haya no». El exalcalde entró en la sede del Gobierno riojano bufando y echando pestes. Se quejaba de que la suya había sido la lista más votada y que los otros partidos habían hecho una sucia componenda ignorando la voluntad de los jarreros y birlándole a él la alcaldía mediante una coalición contra natura. Pero Capellán se equivocaba en sus apreciaciones. Las elecciones autonómicas y municipales son elecciones indirectas en las que los votantes eligen diputados y concejales, no presidentes y alcaldes. Los presidentes del Gobierno Autonómico y los alcaldes de las diferentes Corporaciones los eligen posteriormente los diputados provinciales y los concejales, y cualquier combinación que arroje una suma de votos que suponga mayoría absoluta es de una legitimidad tan irreprochable como que un solo partido ocupe la poltrona tras obtener él solo la mitad más uno de los diputados y/o concejales.
            El presidente en funciones del Gobierno autonómico, Pedro Sanz, dejó que su correligionario Capellán se desahogara un rato y largara sapos y culebras, antes palmearle la espalda tratando de calmarlo.
           - Vamos, vamos, Patricio, que tampoco hay que ponerse así, hombre. Tú ya has ejercido el poder en Haro durante más de un cuarto de siglo y tienes que superar las contrariedades cuando las cosas vienen mal dadas. Que ya vas teniendo una edad y no te convienen para nada estos sofocos. Hazme caso: olvídate de todos estos sinsabores y vete a Inglaterra a pasar una semanita con tu hijo Gonzalo. Ya verás que bien te sienta. ¡Vas a venir como nuevo!
           - Sí, hombre una semanita en Inglaterra: ¡Y una mierda pinchada en un palo! Con la mala leche que tengo, que no me aguanto ni yo mismo, estoy como para irme a ninguna parte. ¡Ni tampoco hostias! Ah, pero eso sí, ¿eh?, a los puñeteros socialistas de Laura Rivado y a los miserables traidores del Partido Riojano ni agua. En cuanto cojas otra vez las riendas del poder y formes nuevo Gobierno, haz que no paren de lloverles las piñatas a esos novatos más chulos que la madre que los parió, que no sé quién coño se han creído que son. ¡Tiparracos!
            Pedro Sanz no tenía el cuerpo para muchas alegrías. Las exigencias de Ciudadanos y el hecho de no contar con la habitual mayoría absoluta que durante los últimos veinte años le ha permitido gobernar a sus anchas y sin estar obligado a dar cuentas a nadie, le tenían esa mañana algo bajo de moral. El político de Igea estaba sopesando la posibilidad de renunciar a presidir el Gobierno de La Rioja por sexta vez consecutiva, aunque, eso sí, reservándose la presidencia del Partido  para seguir mangoneando a su gusto  desde la trastienda.
           Patricio Capellán no paraba de despotricar contra todo y contra todos.  ¡Qué lejos quedaban sus palabras de aceptación y de buenas intenciones, cuando manifestó aquello de «Les deseo suerte porque quiero lo mejor para Haro»! Habían pasado menos de dos días y ahora le asomaba el verdadero energúmeno que llevaba agazapado en sus tripas desde el primer día. Once años antes le había puesto palos en la rueda a otra socialista, la demasiado joven y demasiado tierna Lidia Rojas, y ahora ya estaba maquinando hacerle lo mismo a la recién llegada y voluntariosa Laura Rivado. Pero esta vez lo tendrá más difícil, porque mientras tanto se ha ido haciendo mayor y sus adversarios políticos se saben de memoria sus mañas y su deplorable estilo de hacer política y no le van a permitir que  siembre la discordia entre ellos con sus malas artes de costumbre.
          A media mañana, la que compareció en el palacete de Vara de Rey fue Marta Martínez, exalcaldesa de Nájera. Oradora más que aceptable, con un discurso capaz de ocultar sus muchas carencias culturales, sobre todo la referida a su escandaloso desconocimiento de la historia de su ciudad, a Marta los catorce años seguidos ejerciendo como alcaldesa le han ido cambiando el carácter y alterado su escala de valores, hasta convertirla en una engreída y una intolerante de mucho preocupar. En realidad, no sólo se le fue subiendo el cargo a la cabeza induciéndola a actuar con un escandaloso sectarismo y una despreciable prepotencia, sino que además no tuvo el menor escrúpulo a la hora de utilizar el dinero público para llevar a cabo sus venganzas y ajustes de cuentas personales contra determinados colectivos, como es el caso de Amigos de la Historia Najerillense, a quienes ha negado reiteradamente cualquier ayuda para realizar unas Semanas de Estudios Medievales que este 2015 cumplen sus primeros veinticinco años de vida. La vileza de Marta Martínez y su inocultable rencor contra los Amigos llegó hasta el punto de sacarse de la manga unos Encuentros Internacionales del Medievo con la insana intención de causarles a los otros el mayor daño posible, aunque la maniobra le salió rematadamente mal. Y siempre, a la hora de cometer sus atropellos y realizar sus indignas fechorías, contando con el beneplácito y la complicidad de un Pedro Sanz que jamás ha actuado como presidente de todos los riojanos sino sólo de los simpatizantes y votantes del Partido Popular. Como tonta no es, Marta ha estado alimentando su caladero de votos durante todos estos años, un caladero que se ha nutrido, entre otros, de los integrantes del sector de mueble, del Club Taurino, de los ancianos y sus familias, de los gitanos, de los integrantes de las peñas y de las amas de casa. Ahora, la pobre chica se descuelga con declaraciones grimosas y dice que le da mucha pena que Jonás Olarte, Enrique Acha y los nuevos ediles que mandan en el Ayuntamiento pretendan llevar a cabo una auditoría para conocer de primera mano cuál es la situación del Consistorio. ¡A esta chica le parece mal que los nuevos responsables quieran saber qué tienen, qué deben y cómo están las finanzas municipales! ¿Habrase visto desfachatez mayor? Valoren este detalle: cuando a media mañana Marta y algunos de sus concejales pasaban al bar de las hermanas Jiménez Betolaza a tomar un tentempié, parece que el sistema habitual era pedirles que cargaran las consumiciones a la cuenta del Ayuntamiento. Si Marta y sus secuaces eran capaces de hacer eso cada día, cargando sus vinos, sus cervezas y sus tapas al erario público, imaginen qué no podrá salir a la luz, después de haber actuado  durante  tantos años sin ninguna clase de control.  
          El lunes pasado, Marta se trasladó a Logroño con Paquita Mendiola, porque la exalcaldesa no tiene coche ni carné de conducir. En esta ocasión, Paquita prefirió quedarse fuera y dejar que Marta se viera a solas con Pedro Sanz. En cuanto entró en el despacho, la exalcaldesa de Nájera se arrojó a los brazos del presidente en funciones y rompió a llorar.
           - ¡Ay, tito Pedro, qué disgusto tan grande tengo! Me han quitado la alcaldía como se le quita su juguete preferido a un niño pequeño. ¡Así les parta un rayo a todos esos rojos! En cuanto formes nuevo gobierno y te sea posible tienes que apretarles las clavijas a esos tipos, negarles el pan y la sal y cerrarles el grifo del dinero para que sepan lo que es bueno. ¡Los muy miserables! ¿Pues no se han coaligado cuatro grupos distintos, hijo cada uno de su padre y de su madre, sólo para echarme a mí de la alcaldía? A eso se llama no respetar la voluntad de los najerinos. A eso se llama traición, latrocinio, canallada, enjuague y cosas mucho  peores. ¡Una vergüenza es lo que es!  ¡Una marranada!    
           Ya hemos dicho que Pedro Sanz no estaba esa mañana en su mejor momento, pero aun así, y pese a todo, trató de consolar a Marta, una de sus chicas preferidas y por la que sentía una  debilidad casi, casi paterno-filial.
           - Bueno, Martita, no nos pongamos derrotistas. Ya me imagino que habrá  sido un palo para ti, pero ¿qué quieres? ¡Arriba ese ánimo, que no se ha hundido el mundo! -le dijo él, hablándole muy cerca del oído.
           Marta, que no se esperaba esta reacción, se deshizo del abrazo de su mentor, echó el cuerpo hacia atrás y miró a Pedro Sanz de arriba a abajo.
            - ¿Te pasa algo, presidente?
           Pedro Sanz quiso esbozar una sonrisa, pero ésta se transformó en la mueca de alguien que está dolorosamente estreñido. Luego se pasó la mano por la frente, se dirigió a su mesa, ocupó el sillón presidencial e invitó a Marta a tomar asiento al otro lado de  la mesa.
           - Anda, siéntate ahí y vamos a tratar de relajarnos. Los dos.
           La exalcaldesa de Nájera ocupó el asiento que le indicaba Pedro Sanz y cruzó los dedos, en espera de que su interlocutor hablara. Él había cerrado los ojos y reclinado el cuerpo hacia atrás. Marta lo observó y notó que tenía un aspecto fatigado, como de no haber dormido bien. Entonces comprendió que la situación del presidente en funciones tampoco era muy halagüeña y que quizá no debería haberse presentado en Logroño esa mañana de lunes, cuando las negociaciones con Ciudadanos no habían concluido todavía. No. No era el mejor momento.
           - Mira, Marta -empezó diciendo Pedro Sanz-, te voy a hablar con el corazón con la mano y desde el aprecio personal que te tengo. La hostia que nos han dado estos riojanos ingratos no ha sido tan fuerte como preveían los más agoreros, pero es evidente que nos ha hecho pupa y nos ha causado algunos destrozos. Y a las evidencias me remito: tú y yo somos dos víctimas de lo sucedido el día 24 de mayo. Aquí todos hemos pagado las consecuencias de la nefasta política del sinsorgo de Mariano, así se caiga por el agujero del váter una y mil veces, que yo tiraré de la cadena otras dos mil más si hace falta… Pero bueno, a lo que vamos. Quiero pedirte que te relajes y que no hagas mala sangre. Déjales a su aire a esos del cuatripartito, que ellos solos se ahorcarán. Yo creo que en menos de un año se estarán tirando los trastos a la cabeza, ya lo verás. Tú hazme caso a mí y estate tranquila, que lo más seguro es que antes del 2019 vuelvas a ser alcaldesa de Nájera.
            A Marta se le pusieron los  ojos como platos.
            - ¿Tú crees, presidente? 
            - Sí, sí lo creo. Lo creo firmemente. Pero no pienses en eso ahora y trata de vivir una vida al margen, si es posible, de la política. Haz deporte, viaja, aliméntate bien y recupera algunos kilos, que ahora te has quedado demasiado delgada y con un aspecto que no te favorece nada. ¿Estamos? Y mira, haz cosas distintas. Por ejemplo el carné.  Sácate el carné de conducir.
            - Ya estoy en ello, presidente.
           -  Y estudia la historia de Nájera, que ese es un flanco que tienes descubierto desde hace años y por ahí te atacan siempre quienes te quieren mal. No puedes ponerte tú sola en evidencia y mostrar esa ignorancia sobre las cosas de tu pueblo.  Y bueno, si me lo permites y no es meterme donde no me llaman, también  quisiera decirte que…, bien, recomendarte que….
              - ¿Sí,  presidente?
             - Bueno, vale: que te eches un novio, que te cases y crees una familia. ¡Ea, ya lo he dicho!
           - ¡Ay presidente, ya me gustaría, ya, pero está claro que no tengo buena mano con los hombres.  Los que se me acercan, o son curas o son homosexuales. ¡Tengo la negra!
           - Bueno, pero tú sigue intentándolo, ¿eh? Ya sé que la política supone mucho para quienes, como nosotros, la llevamos en la sangre,  pero tampoco puede significarlo absolutamente todo. Que uno piensa que el momio le va a durar toda la vida y luego llegan unas elecciones, las cosas no salen como esperaba y de pronto se ve zarandeado por los peores vientos y tempestades.
           - Lo que yo no sé ahora es de dónde voy a sacar dinero para pagar la hipoteca de mi casa. Igual me tienes que montar un despachito como hiciste con Antonio García Manzanares y con Esther Vargas cuando dejaron la alcaldía. Pero algo suave, ¿eh? Algo que no me exija mucho esfuerzo, que estoy desentrenada. Y que no sea muy complicado, porque yo, en realidad, si lo pienso ahora, me doy cuenta de que no sé hacer nada, salvo ejercer de alcaldesa. Y no me saques de ahí. Bueno, también puedo manejarme un poco con el ordenador: las redes sociales, Internet, bajarme música, alguna película  y en este plan.
           En el rostro de Pedro Sanz se dibujó una sonrisa melancólica.
           - Las cosas han cambiado mucho, Marta. Ahora tenemos al lado a estos nuevos inquisidores de Podemos y Ciudadanos que no nos van a dejar ni respirar. Me temo que ya no vamos a tener nada fácil sacarnos cargos y sinecuras de la manga, como hacíamos antes, para favorecer a los nuestros. De eso ya hemos pasado página y no tiene vuelta atrás. Tú lo que debes hacer ahora es preparar los papeles para que puedas cobrar el paro los próximos dos años. Mientras tanto, ya se irá despejando la situación. Lo malo va a ser si en noviembre perdemos las elecciones generales. Si eso sucede, Dios no lo quiera, serán muchos de los nuestros los que irán a la calle y pasarán a engrosar las filas del paro. ¡Menudo panorama! Solo de pensarlo se me abren las carnes. Y no sólo eso. Los que vengan lo harán con ganas de darnos estopa, de hacernos pagar todos nuestros errores, nuestros abusos y nuestras corruptelas. Va a ser así. Lo veo claro. De modo que hay que ir pensando en el futuro más inmediato. Sí, sí. Que tendría guasa que después de haber trabajado tanto por La Rioja y los riojanos nos     viéramos en la calle, con el trasero al aire, como  quien  dice. Joder, joder.  Eso sería una hecatombe sin paliativos, una enorme desgracia, como un castigo del cielo. Pero no nos lo merecemos, ¿verdad que no? Hombre, seguro que algunas cosas no las habremos hecho bien, y me incluyo yo mismo, pero tantas, tantas como ahora nos reprochan… 
           Marta Martinez notó que el presidente se iba agitando y poniendo nervioso  por momentos. Tanto que acabó por transmitirle a ella misma ese desasosiego galopante que dominaba su cuerpo y le hacía temblar su generosa papada. La exalcaldesa de Nájera pensó que era mejor concluir la entrevista y regresar a su ciudad. Como los que están en trance de muerte, que dicen que a veces ven pasar por delante, como en un fogonazo, todas las imágenes de su vida condensadas en apenas tres o cuatro segundos, ella vio ante sí lo que había sido su paso por la alcaldía de Nájera, los atropellos que había cometido, las dejaciones, las calles sin arreglar, los ignominiosos parches de cemento en la Calle Mayor, el casco antiguo dejado de la mano de Dios, las conferencias y excursiones organizadas por los Amigos de la Historia Najerillense a las que nunca había asistido, los conciertos de La Orden de la Terraza despreciados, el pasado histórico de su ciudad ignorado, las zancadillas puestas a Jesús Ibáñez Monterrubio en su empeño de arreglar el antiguo convento de San Francisco fundado por Antonio Manrique de Lara y hacer en él un gran hotel, los cambalaches, los sueldos abusivos de los liberados, los tránsfugas acogidos entre sus filas, las torpezas sin fin, los desaguisados, las trampas, las normas urbanísticas incumplidas con su aquiescencia cómplice, el endeudamiento irrespirable del Consistorio, los simpatizantes colocados a dedo, los numerosos parados sin opción alguna para tratar de salir del agujero… Tantos y tantos errores perpetrados desde la soberbia y la altanería, que se sintió desfallecer y notó que le faltaba el aire. Pedro Sanz se había puesto en pie y la miraba con ojos extraviados, pero no hacía nada por ayudarla. Seguía hablando él solo, como un personaje tronado que hubiera perdido el juicio y desbarrase sin remedio. Mientras tanto, en la vieja y castigada Nájera los ediles recién llegados se reunían para tomar las primeras decisiones y tratar de poner de nuevo en marcha la ciudad derrotada, machacada y caída en desgracia, que aguardaba un nuevo golpe de timón que produjera un viraje y un cambio de rumbo hacia nuevos horizontes cargados de esperanza.       
  

        Sempronio Graco  (Demetrio Guinea)                            FIN DE LA SERIE

El descenso del Najerilla estuvo concurridísimo.


    El descenso popular en rafting y en piraguas por el río Najerilla que organizaron el Club Kayak Rioja y la Federación Riojana de Piragüismo para el día de ayer, sábado 20 de Junio, fue todo un éxito. Los niños disfrutaron de lo lindo surcando las aguas del río Najerilla cual si fueran intrépidos aventureros. Y es que el día, auténticamente veraniego, contribuyó notablemente a ello. Felicidades, pues, a los organizadores de este emocionante descenso.