viernes, 11 de septiembre de 2015

La vergüenza no es el Palacio, sino sus cristaleras.


    En este blog se ha escrito mucho sobre la desidia reinante en el conocido como Palacio de los Marín de Rodezno, pero no se ha escrito nunca, empero, de sus infames cristaleras. Hace pocos días escribí un artículo, post o comentario, como vosotros queráis, titulado “Se acabó el aldeanismo en Nájera”, pero esta casa tan importante y céntrica, sigue siendo una vergüenza. La casa, ubicada en el nº 1 de la calle Cuatro Cantones -ahora Garrán- consta de tres plantas en sillería, rehecha la inferior, con vanos adintelados de placa, oreja, balcones y herrajes del siglo XVII, y escudo en esquinazo a la Calle Mayor, sobre Cruz de Calatrava, cuartelado primero de cinco cabezas de moro y brazo armado, segundo de torre, tercero terciado en palo de bandas, tres lises y león rampante a árbol y medio partido de espada tronchada por banda, cuarto de tres lises tronchado por banda, y quinto en punta de ondas el todo con bordura de aspas. Estaba construida ya para el año 1.675, por don Francisco Marín de Rodezno.