jueves, 4 de noviembre de 2010

Cuidadín con mi cable.

 ¡Que nadie me toque el enganche que he hecho para ver esta noche "Águila Roja"! No me importa que alguien deje allí el cuello, si tiene la ocurrencia de subir al Castillo entre dos luces. Pero ¡Por favor...Dejadme ver cómo acaba la serie!

Conflicto sin resolver.

En nuestra ciudad, para desgracia de todos los que la habitamos, existen muchos conflictos sin resolver, por decisiones totalmente arbitrarias. Algunos, por aquello de que no se ven, pueden pasar inadvertidos por este blog; pero el que vamos a colgar hoy, es que clama al cielo.
Como consecuencia de un incendio ocurrido hace unos años, el exconvento de San Francisco quedó libre de inquilinos, y ello propició que el Ayuntamiento y el propietario del edificio mantuvieran varias reuniones para llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, eliminando así para siempre, esa imagen tan horrible y desoladora que ahora mismo ofrece el susodicho convento.
Finalmente, parece ser que llegaron al acuerdo de rehabilitar el exconvento, para hotel, y construir un determinado número de casas en sus aledaños, cediendo los terrenos correspondientes. Pero (aquí siempre hay peros) quiso el azar, ¡que es muy puñetero!, que una familiar del propietario, por ende, propietaria también, no quisiera venderles una chopera que a su nombre tenía en “Peñaescalera”, cuando el Ayuntamiento andaba como loco comprando terrenos para construir la Residencia de Ancianos, el Centro de Día y el Pabellón Multiusos, en la ribera del río, y nuestra alcaldesa y los suyos, acostumbrados a no obtener un no por respuesta, decidieron, al más puro estilo caciquil, que ésa familia se iba a enterar. Que, ¡a ver qué se creían ellos! ¡Pues ahora van a saber lo que es bueno! Y en esas estamos: El exconvento, dando una imagen deplorable; el propietario, impotente y perplejo, y nuestro Ayuntamiento, como siempre, loco de contento.
En el exconvento de San Francisco, situado en el mismísimo Paseo, quedan (o quedaban) restos de dos alas (este y sur), del conjunto conventual, en una de las cuales se aprecia que el claustro era de arcadas de medio punto sobre pilastras, en sillería y mampostería, remodeladas para viviendas. Asimismo, partes del alzado de la iglesia en sillería que permiten reconstruir una planta de una nave con capillas, crucero y cabecera ochavada de cinco paños, ésta con columnas adosadas a pilastras cajeadas. En el lado del norte se conserva el arcosolio de un sepulcro en arco rebajado entre pilastras cajeadas, lo que conviene con la fecha de 1.540 en que parece estaba terminada la iglesia del convento, fundado por el duque en 1.521.