sábado, 11 de junio de 2022

De pena.

Tal y como se esperaba del paupérrimo programa de actos preparado por el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Nájera para la celebración del 40 Aniversario del Día de La Rioja en nuestra ciudad, el resultado fue de pena. El escenario del acto institucional se instaló en la fachada de Santa María La Real, con las obras visiblemente sin terminar, sentando a autoridades y homenajeados en la Plaza de Navarra, junto al Museo Histórico Arqueológico Najerillense que se quieren cargar, y unas fachadas que la televisión tenía prohibido enfocar. Los pobres Músicos de la Agrupación Musical Najerillense estuvieron dos horas largas a pleno sol, para tocar menos de cinco minutos al final. Los asistentes a dicho acto, conocido como el Estatuto de San Millán, iban provistos de abanicos, sombreros y pañuelos, y esquivaron como pudieron el sofocante calor estival. El acto comenzó con el desfile y subida al escenario de una treintena de actores de la Crónica Najerense -no sé qué tiene que ver la Crónica Najerense con la celebración del 40 Aniversario del Día de La Rioja-, y continuó con la aparición de seis chicas jóvenes que iban a anunciar el turno de los homenajeados: Pedro Sanz, expresidente de La Rioja, “Riojano Ilustre”; la Universidad Popular de Logroño, “Medalla de La Rioja”; el químico Javier García, “Riojano de Honor”; la Asociación por la Memoria Democrática La Barranca, “Medalla de La Rioja”, y la activista Carmen Chover, “Riojana de Honor”. Los galardonados pronunciaron diferentes discursos, algunos de ellos muy emotivos, y la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, que fue quien hizo entrega de las medallas y los reconocimientos, cerró el acto con un largo discurso político. Nada más concluirlo, mientras homenajeados y políticos se hacían fotos, bailaron en la Plaza de España dos cabezudos. Finalizado el acto oficial,  los najerinos fuimos a comernos una sabrosísima caldereta en las mesas colocadas para tal menester a lo largo de la Calle Mayor, aderezada por Ángel y Javier. Una vez terminada la comida, hasta que comenzó la actuación de la Banda Sabinera, todos nos aburrimos soberanamente, porque no había ningún acto programado entre las 5 horas que mediaban de un acto a otro. Menos mal que entre las exhibiciones de baile y taekuondo, y las danzas regionales que actuaron por la mañana con gran éxito; el alegre pasacalles del Grupo de danzas de Arnedo a la hora de comer, y el sabrosísimo bocadillo de jamón con pimientos de la Peña Malpica, disimularon un poco el tedio que nos provocó a todos los najerinos un día que tendría que haber sido histórico.