jueves, 9 de octubre de 2014

Por la caridad entra la peste.

Fotografía cogida de elPlural.com

    No he tenido el privilegio de conocerte, querida Teresa. Pero tu heroico gesto ha hecho bueno este trágico y certero dicho, por haber tenido la desgracia de caer entre hijos de la grandísima puta sin escrúpulos. Ayer lloré la muerte de tu querido perro. Hoy estoy llorando por adelantado tu partida de este miserable mundo. Porque -ojalá me equivoque- lo vas a abandonar, seguro. Nadie está a salvo con esta gentuza que eleva a la categoría de genios a Pepe Gotera y Otilio. Las abyectas declaraciones que hizo ayer el Consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, y que ha querido suavizar hoy, agravándolas aún más, son una indignidad, no solo para ti y para la Sanidad española, sino para todo el mundo. Porque, soslayando el hecho de que tú no tuviste nada que ver con la llegada de los dos Misioneros a nuestro País, ni con el cúmulo de despropósitos posteriores, la infame política de recortes del Gobierno de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre -hoy lideresa del PP de Madrid-, tiene mucho que ver con lo que a ti, mi llorada Teresa, te ha ocurrido. Esta malnacida se cargó en el año 2008, mediante una serie de decretos, la Dirección General de Salud Pública y el Instituto de Salud Pública. Departamentos que tenían bajo su competencia actividades de vigilancia epidemiológica. Y sin embargo, nadie habla de ello. ¿Y sabes por qué? Porque a ninguno de estos neronianos políticos les importa que la Parca este sentada en tu humilde cama contigo. Ellos solo piensan en cómo salvar su culo.

"Tente mientras cobro".


    Esto es lo que se decía en el mundo de las “chapuzas” cuando yo era joven. Y este parece ser que ha sido hasta ahora el lema del Ayuntamiento. Vaya por delante que, gracias a las denuncias de vecinos y najerinos, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Nájera, el 6 de Agosto de 2014, declaró el inmueble en ruina total, ordenando al propietario la presentación del proyecto técnico de demolición, visado por el Colegio Profesional competente, en el plazo de un mes, y que las obras de demolición deberán ejecutarse por el propietario, en el plazo de dos meses, a contar desde la notificación de dicho acuerdo. Pero esto es lo concerniente al edificio, porque de la deplorable imagen que ha estado -y está- ofreciendo tan infecto -y peligroso- solar durante años, no ha dicho nadie nada. Es más, cuando derriben el edificio -si lo derriban-, ¿vamos a seguir ofreciendo semejante imagen -duplicada-, o se les ordenará a los propietarios tapiar los solares? ¡He ahí el dilema!