lunes, 16 de octubre de 2017

Han comenzado las obras de la calle Raure.


En la actualidad, la calle Raure es una vía sin ordenar en la que circulan vehículos en ambos sentidos, y que carece de zonas reservadas para el tránsito peatonal, por lo que las obras van a consistir en reordenar la vía y dotarla de dos aceras laterales, pasando a ser de un único sentido de circulación: desde la calle Fortún Garcés hasta la calle Carretera de Uruñuela. Las aceras tendrán una anchura variable entre 1,65 y 1,25, mientras que el carril de circulación rodada será de 3,25 metros de anchura constante, quedando delimitadas por un bordillo rebajado que permita el estacionamiento para carga y descarga que dé servicio a los establecimientos existentes, sin interrumpir ni el tránsito peatonal ni el tráfico rodado de la vía, y contará con un horario para evitar que la calle se convierta en un aparcamiento. La reordenación de esta calle comprende una superficie total de actuación de 810 metros cuadrados, y se va a ejecutar en dos veces, para no perjudicar ni a los vecinos ni a los negocios ubicados en dicha calle.

Cumplir la legislación...


No garantiza, en modo alguno, señor Alcalde, que se solucionen satisfactoriamente los problemas. Últimamente hemos tenido en nuestra ciudad varios ejemplos: El muro del Parque Infantil de Zabaleta cumplía con la legislación, y fue necesario, empero, colocar una barandilla, tal y como se pidió desde este blog, para que no se cayesen los ancianos y/o los niños. De igual manera, la acera del Colegio Público San Fernando cumplía con la legislación, y, sin embargo, también tuvo que ser colocada una barandilla porque los coches que accedían al Paseo de San Julián desde el casco antiguo, salían volando al chocar con el bordillo. Y la reciente obra de la calle Ribera del Najerilla, seguro que también cumple con la legislación, pero no han tenido en cuenta que muchos camiones se abren por los laterales -con lo que van a invadir la acera o la carretera-, y que, por despacio que circulen los camiones y los autobuses que se dirijan a Burgos por el Puente de Piedra, van a tener que subir sus ruedas izquierdas a la acera del Albergue “Puerta de Nájera”, repleta, sobre todo en verano, de peregrinos y de turistas. Así que no saque usted pecho, señor Alcalde, porque la vida le enseñará que poco o nada tiene que ver la teoría con la práctica.