viernes, 30 de julio de 2021

Las palabras las carga el diablo.

Que un analfabeto como el señor Alcalde de Nájera se atreva a decir -aunque no ha sido él quien lo ha escrito; eso es evidente- en el artículo “Aguas revueltas”, que un señor Doctor en Ciencias Ambientales, profesor de la Universidad de La Rioja, es un cantamañanas que no tiene ni idea del río Najerilla, ni entiende de peligros de avenidas, es lo más canalla, ruin y despreciable que he leído en mi vida. Y lo es mucho más aún el hecho de que le acuse veladamente de ser el culpable si ocurre una inundación en nuestra ciudad algún día. Usted y sus compañeros socialistas han querido desde siempre dejar el puente de San Juan de Ortega con solo dos ojos libres, de los ocho que tiene, porque creen a pies juntillas que al río Najerilla -ese que tan bravo dice que es ahora- le sobra con dos ojos porque existe el reservorio -pantano, por si no lo entiende- de Mansilla. Pues bien, señor Alcalde. El reservorio de Mansilla solo regula el 20% de las aguas del Najerilla, porque la mayoría de los ríos vierten aguas abajo; y si algún día hay una “Dana”, una “gota fría”, o “una tormenta intempestiva”, lejos de ser una solución, es un problema añadido, porque tendrían que desaguar para que no reviente la presa. Y esto no lo dice él, “ni ciertas asociaciones ecologistas”, sino la propia CHE y Protección Civil en el Estudio de Riesgos de Avenidas y Periodos de Retorno del río Najerilla. Atreverse a decir que el cascajo depositado o la vegetación del río acarrea muchísimo más peligro que dejar un puente de ocho ojos con dos, es lo más torpe y temerario que he escuchado en mi vida. Como no quiero extenderme contestándole a quien le ha escrito la carta a usted, solo le contaré una historia que seguramente desconoce. En Biescas, los “ecologistas imbéciles y minoritarios” se opusieron con contundencia a la instalación de un Camping por el peligro que suponía, y entendidos como quien le ha escrito la carta a usted, que lo tenían todo bien canalizado y controlado, decidieron manifestarse por las calles contra ellos “por ir en contra del progreso”. Años más tarde, el 7 de agosto de 1996, concretamente, cuando una crecida extraordinaria y súbita del Torrente de Arás arrasó el camping Las Nieves, situado sobre el cono de deyección en su desembocadura en el río Gállego, a poco menos de un kilómetro aguas abajo de Biescas, ocurrió lo que los ecologistas dijeron por activa y por pasiva que iba a ocurrir, y murieron 87 personas. ¿Qué tendrían que haber hecho, según usted, esos “ecologistas imbéciles y minoritarios” con los entendidos como quien le ha escrito la carta y usted? Modere su lenguaje; no amenace gratuita y peligrosamente; sea menos sátrapa; dedíquese de una santísima vez a hacer algo por Nájera, y deje que cada persona se dedique a hacer lo que sabe, señor Alcalde. “Las palabras las carga el diablo”.