Ante el cariz que están
tomando las cosas entre los Estados Unidos, China y Rusia, los vecinos de la
calle Samaniego de Nájera ya nos hemos preparado para, en caso de necesidad,
salir de Nájera pitando. He de decir que nos ha costado muchísimo trabajo
conseguir camuflar el avión, máxime haciéndolo por las noches, aprovechando que
todos los gatos son pardos; pero el resultado compensa el esfuerzo realizado.
Lo malo es que algún envidioso -habrá sido Antonio, “El hermoso”- se ha enterado, y nos ha hecho una foto con un
vehículo aéreo no tripulado, para denunciarnos. Espero que no nos lo destruya
ninguno de los tres países anteriormente citados. Si así fuera, todas nuestras
esperanzas se irían al carajo.