lunes, 5 de agosto de 2019

Lo de Nájera no tiene remedio.

Esta mañana, todos los que paseábamos por las baldosas del Paseo de San Julián nos hemos llevado una desagradable sorpresa. Desconozco a quién se le ha ocurrido la genial idea, si a los gobernantes del Ayuntamiento de Nájera, o a los operarios que están montando las casetas. La cuestión es que han cerrado con cintas la única bajada que existe en el Paseo, a la altura de la Pasarela, y todos los que bajábamos con coches y sillas de niños y de discapacitados nos hemos tenido que dar la vuelta, unos, bajar por el yerbín, otros, y jugársela por el aparcamiento del mercadillo, el resto. Porque, increíblemente, también estaba cerrado el acceso peatonal de la Pasarela al Paseo. Esta chapuza, digna de ser firmada por los míticos Pepe Gotera y Otilio, demuestra una vez más que lo de Nájera no tiene remedio.   

Se equivocaron.

Mi buen amigo Jesús Barriuso y sus doctos compañeros de la Asociación Riojana de Genealogía y Heráldica se equivocaron al confeccionar la bandera de Nájera. Sé que ellos lo hicieron de buena fe. Que pusieron su buen hacer a nuestro servicio. Pero la realidad najerina es bien distinta a como ellos la concibieron. A mi juicio, la bandera de Nájera debería llevar la carretera de -no- entrada a nuestra ciudad por Peñaescalera, cortada desde hace veinte meses, y la salida desde el Albergue municipal. Esa es la ignominiosa imagen que se llevan de nuestra ciudad decenas de miles de visitantes y peregrinos.