sábado, 30 de abril de 2022

Estrepitoso fracaso del Mercado Medieval.

La decepción ha sido unánime. No he escuchado ni un solo comentario favorable. Todo el mundo se ha marchado de la calle Descampado anonadado. Menos mal que el señor Alcalde llevaba planeando esto medio año. Hasta quienes tienen familiares en la Residencia Santa María La Real con movilidad reducida, echaban chispas porque mañana no van a tener por donde pasear. Os decía el otro día, que sin entrar a valorar la eliminación de una treintena de aparcamientos necesarios, una vez que la Calle Mayor está llena de banderolas, si de verdad queremos promocionar lo poquito que aún nos queda de valor en el casco antiguo, se podrían haber colocado unos cuantos puestos en la Plaza del Mercado -un marco ideal con los soportales-, de ahí dirigirse a la Plaza de España -donde habría juegos para los niños y algunos otros puestos en la Plaza de Navarra-, de ahí, por la Calle Mayor, acudir a la coqueta Plaza de La Cruz, donde habría otros -si se quiere podrían colocarse algunos también en la Plaza de San Miguel -aunque en el estado en el que se encuentra, yo la descartaría-, y terminar en la Plaza de La Estrella, donde, además del arco, existen también soportales. De este modo se crearía un circuito que beneficiaría a nuestra ciudad y a los bares, tiendas y restaurantes najerinos. Pues bien, hoy propongo otro recorrido: Se podía haber empezado en la calle Garrán, seguir por la calle San Prudencio hacia la Plaza de la Cruz, y de ahí, por la calle Los Mártires, pasando por el arco, a la Plaza de la Estrella, con puestos en todo el recorrido. Cualquier cosa menos este despropósito. Señor Alcalde; señora responsable de festejos; señores del Equipo de Gobierno, si lo que querían era cargarse el Mercado Medieval, pueden estar ustedes orgullosos, porque lo han conseguido.

Este año no acudiré al 1º de Mayo.

Este año, por primera vez en más de cuarenta años, no acudiré a cubrir los actos del 1º de Mayo. Sé que esto a los miembros del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Nájera les importará un carajo; pero yo quiero ser consecuente con mis actos, hasta que la Parca me conduzca en sus blancas alas al Eterno Descanso.