miércoles, 15 de enero de 2020

El Najerilla era un mar.

El Najerilla era un mar: Su anchura, inconmensurable; su bravura, indomable, y sus crecidas, imposibles de dominar. ¿Quién puede, pues, pretender encajonarlo, sin cometer una temeridad? ¿Puede acaso un niño, vaciar con su cubito el mar?... ¡Pues dejen ustedes el Najerilla en paz!