domingo, 28 de junio de 2015

Días de fruta y besos.


    Hoy quiero acordarme de ellos. De todos los “sanjuaneros” que ya no están entre nosotros. Quiero verlos dirigirse al cascajo a tomarse el chocolate con anís, ávidos de dar las Vueltas alrededor del viejo Quiosco. Han estado todo el año recogiendo chatarra o haciendo “chapuzas” para costearse las meriendas y los almuerzos, y confeccionando los artesanales paraguas de madera cubiertos con carteles de cine, y los ingeniosos inventos. Todos están nerviosos. Es el tiempo de la fruta y de los besos. Las najerinas se han puesto esos hermosos e insinuantes vestidos que dejan pieles níveas e impolutas al descubierto, y ellos saben que después de danzar alegremente con ellas en las Vueltas y durante el recorrido hasta la Plaza de España cantando el riquísimo folclore sanjuanero, vendrá el baile vermú en el Cine Doga y en el Cinema Club, donde intentarán dejar trazado el plan para la merienda de la tarde en las frondosas choperas o en las feraces huertas, e intentar robar, bajo la mezcolanza de olores veraniegos, esos ansiados y soñados besos. Los habrá con suerte y llegarán aún mucho más lejos. Pero todos serán inmensamente felices retozando en esos bucólicos parajes que componen huertas, alamedas, choperas, riachuelos, manantiales y Paseo. Después, una vez anochecido, dejarán en sus casas las cestitas, ellas, y los cestos, ellos, y se dirigirán al Casino a intentar fundir en un eterno abrazo sus ardientes cuerpos. Y se irán a dormir felices, porque, picarescamente, han procurado que sobrara merienda para repetir los escarceos amorosos el día siguiente. Y nacerán noviazgos, matrimonios y “sanjuaneros” nuevos. ¡Para todos ellos, con admiración y respeto!