lunes, 15 de febrero de 2016

¡Los ecologistas no dejan quitar los troncos del Puente de Piedra!


    La estulticia humana no tiene límites. Hace unos diez años, aproximadamente, cuando hubo una crecida parecida a la de ahora -entre Navidades y Reyes-, las enfurecidas aguas del río Najerilla acumularon un montón de cascajo -canto rodado- debajo del Puente de Piedra. Al descender las aguas y darles el aire a las piedras, éstas, obviamente, se quedaron negras. Nada más ocurrir este suceso tan natural, algunas lenguas viperinas lanzaron -¡ojo al dato!- “que los ecologistas habíamos bajado el cascajo en cestos desde el Puente Arenzana, y lo habíamos pintado, después, con pintura negra”. ¡Con un par! Y los estultos de este bendito y puñetero pueblo, se lo creyeron a pies juntillas. Huelga decir lo que tuvimos que oír, mientras cruzábamos las piernas para no mearnos de la risa. Pues bien. Hoy, las lenguas viperinas, ante una evidencia incontestable como la de que el río siempre recupera lo que es suyo, han vuelto a salir a pasear, lanzando a los cuatro vientos “que los ecologistas no dejamos quitar los troncos varados en las cepas del Puente de Piedra”. ¡Con otro par! Y, obviamente, los estultos najerinos se lo han vuelto a creer. Así que ya me puedo armar de paciencia, porque me viene una buena. Cualquiera que no conozca Nájera y lea esto, pensará que es mentira. O que le estoy gastando una broma. Pero ni es mentira, ni estoy gastándole a nadie una broma. Aquí, que lo sepa todo el mundo, echamos topos y culebras a las huertas. Y los echamos -¡ojo también a este dato!- desde helicópteros. Con paracaídas, los topos, y en bolsas de plástico con agua, las culebras. O sea, que los ecologistas tenemos más infraestructura que la OTAN. -También soltamos pulgas, avispas y moscas. ¡Que se sepa!-