domingo, 12 de febrero de 2023

Estupefacto me he quedado.

Esta madrugada he leído la entrevista del candidato socialista a las próximas elecciones municipales, Fernando Sáenz González, y aún no salgo de mi asombro. Me he quedado estupefacto. Solo el titular es como para -perdonadme la expresión- comer cerillas y cagar mecheros. “Quiero volver a poner a Nájera en el lugar de donde no debía haber salido”. Esto lo dice una persona que lleva casi cuatro años gobernando con Jonás, compañero de partido, que a su vez lleva casi ocho, y no han hecho absolutamente nada bueno para la ciudad. -Decir que no han hecho nada sería muy injusto, por lo que leeréis a continuación-. Cierto es que Nájera estaba un poco tocada; pero estos señores se la han dejado morir por su soberbia, su intransigencia y su ineptitud. Su prepotencia les ha llevado a enemistarse seriamente con casi todas las Asociaciones najerinas, y a crear, ya no malestar en nuestra ciudad, sino una infinita aversión. Como ya dije en un comentario anterior, los únicos esfuerzos que han hecho de verdad, han ido encaminados a desmantelar el Museo Histórico Arqueológico Najerillense, a cargarse a las Asociaciones y a cerrar las piscinas cubiertas. Hace muy poco tiempo, más de cuatrocientas personas les gritamos a la cara ¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!, hasta la extenuación. Y eso no es casual. Los gobernantes socialistas tuvieron cuatro años cerrada Peñaescalera, abocando a algunos negocios a cerrar, porque quienes venían a nuestra ciudad y veían la entrada cerrada se iban a Logroño a comprar; no han traído industrias, y algunas de las que había tuvieron que cerrar; no han cumplido ni una sola de sus promesas electorales; no han construido viviendas sociales; han tenido el Cine Doga cerrado hasta la semana pasada; se han dejado morir el Parque Natural de Nájera; están vertiendo las aguas fecales del casco antiguo directamente al río Najerilla; tienen literalmente hundida nuestra ciudad… Y para no extenderme más, han tenido comportamientos tan vergonzosos, que cualquier partido serio habría afeado, desautorizado y reprobado duramente sin tardanza. Al final de la entrevista, tiene la osadía de declarar algo así como que “los que critican lo hacen por desconocimiento o por su trabajo -los najerinos somos tontos e interesados-, y “que los insultos y las mentiras no tienen cabida, sobre todo cuando se enfocan a una persona. Eso debe desaparecer para que haya concordia y buen “feeling” entre la ciudadanía. Señor candidato, además de recordarle que cualquier ciudadano tiene, no sólo el derecho, sino el deber de criticar, cuestionar y denunciar todo lo que crea criticable, cuestionable o denunciable, he de decirle que las críticas del pueblo no se enfocan sobre una persona, sino sobre unos gobernantes, un alcalde o un alcaldable incapaces e intolerantes. Y eso, señor candidato, es absolutamente lícito y saludable para la buena salud democrática de todas las ciudades.