miércoles, 7 de agosto de 2019

No hay mal que por bien no venga.

Después de año y medio denunciando la barrera arquitectónica que suponían los baches de la alcantarilla de Iberdrola en la acera de la conocida como “ruta del Colesterol", y aunque mi difunta tía Luisa no lo haya visto, los del Ayuntamiento han arreglado -aunque de forma chapucera- los baches y han eliminado la barrera. Me alegro mucho por todas las madres que pasean por ahí con coches y sillas y, sobre todo, por los que llevan a personas con movilidad reducida. Lo dicho: “No hay mal que por bien no venga”.