viernes, 2 de febrero de 2018

¡Hasta siempre, Angelito!


La torpe Parca ha cortado tus hilos, Amigo mío. Podría haber cortado los de cualquier otro, pero han sido los tuyos: Los de una persona buena, honrada, jovial, alegre, cercana, con infinitas ganas de vivir. Nunca olvidaré las rondas que contigo y tus “chiguitos” hice durante varios veranos por las calles y plazas de esta ciudad. Las risas que me echaba con tus chascarrillos. Los fraternales abrazos que nos dábamos siempre que nos veíamos. Los conciertos. Las charlas interminables que manteníamos… Eras una persona muy especial para mí, Ángel Torres Olarte. Y me consta que yo también lo era para ti. Aún recuerdo el estremecimiento que sentí, en la Plaza de España, cuando, con toda la naturalidad del mundo, me contaste lo tuyo. Fue tal mi anonadamiento, que tuviste que consolarme tú a mí, en lugar de consolarte yo a ti. Espero y deseo de todo corazón que exista el Cielo, y que en él goces de todo lo que te ha sido negado en este averno. ¡Descansa en paz!

Taladlos de una vez…


Y no les hagáis sufrir tanto. En la calle Carretera de Huércanos hay cuatro plátanos agonizando, porque el Ayuntamiento no quiere emplear media hora en hacerles un alcorque. Si lo que quieren es matarlos, que los talen de una vez, y no les hagan sufrir tanto.