Los contenedores de vidrio llevan más de dos semanas llenos, y nadie viene a recogerlos. Esto, así, en frío, puede parecer una pijada; pero la realidad es muy distinta. Quienes van a depositar el vidrio y los ven llenos, los echan directamente a la basura o los dejan en el suelo. Y eso, además de antiecológico, es peligroso.