Ayer por la mañana, mientras me protegía bajo un toldo de la lluvia, me enteré de que Josemari no acudirá nunca más a las concentraciones de los lunes, porque la parca se lo había llevado. La noticia fue un auténtico mazazo para mí, porque Josemari no sólo era el alma máter de las concentraciones de los lunes por Unas Pensiones Dignas. Era un luchador nato. Un proletario revolucionario que dedicó su vida a luchar por las conquistas sociales. Perteneció a la ORT. Y en los últimos años lo dio todo por los jubilados. Fue uno de esos privilegiados a los que Bertolt Brecht les escribió estas hermosas y hondas palabras, que el gran cantautor y poeta cubano, Silvio Rodríguez, recitaba siempre al comienzo de su eterna canción Sueño con serpientes: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. ¡Descansa en Paz, Camarada Josemari!
