viernes, 10 de octubre de 2014

¡Hasta siempre, Amigo Chucho!


    Hace treinta y seis años, recién casado con Celia, un buen día de verano aparecí por el Mesón Duque Forte a trabajar de camarero con Gonzalo Innerarity y Javier Monterrubio. El Mesón lo habían abierto mi primo Ramón y el Chucho, y aunque ahora mismo está en el centro del pueblo, en aquel entonces estaba en el culo del mundo. Sin tener ni puñetera idea de servir -había trabajado de gasolinero, fontanero, zarramplín, carpintero…, pero jamás de camarero-, me tuve que convertir en cuatro días en un gran profesional, ya que ni mi primo, por problemas de salud, ni el Chucho aparecían por allí. –Javi y Gonzalo estaban de refuerzo- Jesús Ibáñez Monterrubio, que así se llamaba hasta hoy el Chucho, era un artista en el arte del escaqueo. ¡Ya le hubiese gustado hacer esos regates a su admirado Pep Guardiola! La cuestión es que, sin entrar en detalles -en mi libro “Recuerdos de Juventud” lo leeréis- el Chucho, Gonzalito y yo fuimos grandes Amigos, y tras vivir el primer “Día de La Rioja” -se celebró el 8 de Octubre de 1978-, el Mesón se convirtió en “La Casa del Pueblo”. Allí acudían los de la ORT, los del PC, los del Club Juvenil Malpica… ¡Aquello era la hostia! En el Mesón podías ver a mi querido y recordado Matías Ojeda tocando con su inseparable saxofón la Internacional; a Ricardo, fotri, Santi, Calderón, Chema, Figu, Seve, Dueñas, el tipo…, preparando verbenas, conciertos y temas para la Revista Malpica; a Damián Santamaría y su cuadrilla; a Jampriana y a su amigo Quico; a Carlos Muntión intentando crear un grupo ecologista; a Demetrio Guinea ideando su Revista Rayuela; al Comité Central de la ORT de La Rioja; a la jovencísima cuadrilla de Alvarito; a Javi Nalda; a Geni con su personalísima indumentaria… Pero lo que yo quería deciros hoy, es que la muerte del Chucho me ha dolido mucho. ¡Muchísimo! Primero, porque era muy joven y muy buen najerino. Y segundo, porque fue mi Amigo. Pero me ha dolido mucho también, porque la torpe Parca se lo ha llevado consigo sin que pudiera ver su sueño cumplido, por culpa de una caterva de políticos vengativos. ¡Descansa en Paz, Amigo mío!